03 julio 2008

La Buena Pipa y las entrevistas laborales

Confieso cierta ingenuidad en mis interpretaciones semánticas, cierta ligereza en las etimologías y esto me ha valido más de un Cuento de la Buena Pipa…Pero no quiero aburrirlos con dilaciones gramaticales. Por eso, vayamos al tema de hoy: ¿Qué quiere decir para una persona como yo la expresión “Recursos Humanos”? Hasta hace un tiempo, cuando poseía una marcada falta de experiencia en estos sectores empresariales, la expresión Recursos Humanos o RRHH (que es más fashion y disimula la palabra “humanos”) quería decir: “todos aquellos recursos que hay que tener en cuenta cuando se trabaja con seres humanos”, siendo el primero de ellos, sin lugar a dudas: “tratar a las personas como humanos no bien entran en una oficina de RRHH”; sin embargo no es así en la mayoría de los casos. Un marcado interés por indagar en estas cuestiones me ha llevado a presentarme en diversas entrevistas de trabajo (sólo por eso, nada más, como una especie de desafío frente al hastío diario, como un hobbie bizarro o un deporte que no implique la utilización de más de dos o tres músculos); y a lo largo de este estudio pormenorizado del Área de RRHH de las empresas y su relación con las entrevistas laborales, he llegado a ciertas conclusiones que son en sí mismas pequeños cuentos de la Buena Pipa encadenados unos tras otros formando una intrincada trama narrativa que se teje casi como una telaraña y nos deja expuestos, inútiles y a merced de los jefes de RRHH. El vértigo de la entrevista laboral comienza cuando con resaltador marcamos en el diario un aviso clasificado de empleo para el que consideramos estar capacitados, leemos atentamente todo aquello que lleva al costado derecho la palabra “excluyente” que en cristiano quiere decir “si no sabés esto, ni en pedo te llamamos” y concluimos en que realmente podríamos desempeñar ese tipo de tarea con éxito. Respondemos al aviso por mail y abrimos nuestra casilla de correo electrónico en los días siguientes con ansias de encontrar una ignota dirección que responda cuándo y dónde nos esperan para entrevistarnos; otras veces, por teléfono una voz impersonal (que nos trata como nos trataba la Directora del Colegio en primer grado), nos anuncia que el Sr. Director nos espera tal día a tal hora, como una fórmula de cortesía nos pregunta si “ese” día podemos (porque en RRHH son siempre corteses y amables, con esa clase de amabilidad premeditada detrás de la cual se lee “I have the power!”, porque además en RRHH son bilingües) y nosotros que queremos ocasionarle la menor cantidad de inconvenientes al Sr. Director y a su secretaría, arreglaremos nuestros horarios de manera tal para que ese día a esa hora podamos estar frente al Director, arregladas y perfumadas esperando que haya leído nuestro CV (curriculum vitae) y vea que ciertamente estamos capacitadas para el puesto que ofrece. Por fin llegamos delante del gurú de los RRHH, que nos mira por encima de los lentes como si nos hiciera el favor de atendernos por haber enviado una solicitud de empleo que ellos pidieron por medio del diario. Aconsejo (porque la experiencia que me ha dado esta investigación es amplia y vasta) que jamás supongan que quien los entrevista ha leído su CV, seguramente han mirado el título, la edad y el teléfono, por este motivo, deberán relatarle la experiencia laboral que poseen para ese cargo, deberán repetir las referencias y contactos que poseen para corroborar que no hayan inventado doce años de sus vidas en dos hojas tamaño A4. Si el CV dice que manejan el idioma inglés, el que los entreviste les preguntará: “¿Maneja el idioma inglés?” y ustedes dirán: “Sí” (tratando de ocultar en una sonrisa el “pelotudo, lo tenés escrito adelante”); serán interrogados con obviedades que podrían haberse resuelto leyendo el CV, en ciertos casos es posible que les pregunten: “¿Sexo?” (como al colocar el nombre en el CV no colocamos a modo de aclaración: “sexo femenino” por ejemplo, una puede suponer que le están preguntando otra cosa, jamás respondan algo como “esporádico” o “con probabilidades de aumento hacia la tarde”, porque no les están preguntando eso, simplemente quieren corroborar que sean hombres o mujeres, porque necesitan estar seguros de todo en la oficina de RRHH) ustedes responderán siempre con la seriedad que inspira la pregunta y el Sr. Director, porque nada se les escapa a los encargados de los RRHH. Ellos son el colador de la empresa, el filtro de nafta en el que quedan las basuritas indeseables para que la cara de la Institución sea siempre prístina ante los clientes. La entrevista termina con un apretón de manos y la promesa de “la llamaremos a la brevedad” o “estoy seguro de que nos volveremos a ver” y nosotros nos vamos imaginando cómo sería trabajar allí, cuántos colectivos nos tendríamos que tomar para llegar, cuánta plata se nos irá en los viajes diarios, cómo haremos para llevar a los chicos al colegio, etcetcetctetc. Finalmente a los dos días recibimos la respuesta (si es que la recibimos porque en RRHH están siempre muy ocupados como para detenerse en las personas en sí) y podemos encontrarnos con disparates tales como: (les pido que completen los espacios en blanco con el “cri cri cri” de los grillos para que tengan un poco más de sentido las respuestas dadas) 1. “Mire, tiene demasiada experiencia para el cargo que ofrecemos, debería buscar algo mejor.” 2. “Lamentablemente en el aviso decía que era “excluyente” que fuera Licenciada en Letras y como usted es Licenciada en Letras, no podemos tomarla.” 3. “Su CV decía que “manejaba” el idioma inglés y nosotros ahora en estos últimos cinco minutos descubrimos que necesitamos al alguien que “domine” el idioma inglés, así que su perfil no encaja en lo que queremos en la empresa.” 4. “Llamamos a las referencias indicadas y cuando levantaron el teléfono no respondieron “Hola Susana”, así que cortamos porque no se pueden hacer excepciones.” 5. “Lo lamentamos pero el aviso decía que la edad límite era 35 años y usted cumplió ayer los años, así que no es posible que la tomemos porque era “excluyente” el tema de la edad, pero es una pena porque es muy joven para el nivel de experiencia que ha demostrado.” 6. “Es una pena que no vayamos a contar con usted pero no podemos contratar a personas que no tengan el pelo lacio. Nuestro psicólogo dice que las personas con el pelo ensortijado no son confiables porque suelen tener muchas vueltas y necesitamos gente proactiva en la empresa.”
Lo cierto es que los RRHH, poco tienen de “recursos”, bastante menos de “humanos”, y las entrevistas laborales suelen transformarse en una gran Buena Pipa. Así que, si esto obviamente no fuese una investigación sin ninguna finalidad de lucro, sería una especie de mal domado “Edipo rey” del subdesarrollo. Quedan muchos interrogantes girando como en una calesita de pueblo: ¿Qué estudian los que se dedican a RRHH? ¿Qué pretenden de los entrevistados? ¿Cursan en la carrera las materias Entrevistas Laborales 1, 2 y 3? ¿Son correlativas? ¿Hacen Masters en Oficinas Públicas? ¿Qué es el Recurso Humano en una empresa? Si el departamento de RRHH contrata y selecciona a los integrantes del Departamento de RRHH, ¿cómo se garantiza que sean idóneos para el cargo? ¿Irán a entrevistas laborales?
Si alguien lo sabe, que me avise porque el lunes tengo una entrevista laboral y no hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión. ESTO es “EXCLUYENTE”, amigos. Nos vemos la semana que viene.

3 comentarios:

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

Recursos humanos... recursos humanos... ¿Recursos? ¿Humanos?
Puajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj
Besitos.
La tía.

razondelgusto dijo...

Qué impresión...Ayer me pidieron en calidad de urgente el título registrado en Provincia, y yo que hace más de 20 años que no lo toco ni lo saco para ninguna entrevista laboral, entré en pánico. Empecé a abrir y cerrar cajones hasta que apareció ese papel amarillento, único testimonio de mi idoneidad profesional.
Qué loco, esto de las entrevistas laborales. Yo tuve una sola en mi vida, y salí pensando que no me iban a tomar, es más, en el fondo deseaba que no lo hicieran porque tenía ganas de irme a Europa (tenía 23 años...) Y mirá como son las cosas, me tomaron y ahí sigo, como parte del inventario.
¡Cómo estás acumulando experiencia, Nati, en el ancho mundo lleno de escritorios, sonrisas falsas, apretones de manos y "vuelva usted mañana"!
Te mando un beso.

Anónimo dijo...

¡Jaja! Creo que más que acumular experiencia, lo que Nati está acumulando es hielo para desinflamarse las bolas hinchadas por este sistema de mierda.
Besitos.
La tía (again)