19 julio 2013

LA COFRADÍA DEL OVARIO PRESENTA: El Buscador de Tesoros

Las vacaciones son para mirar películas pochocleras o sagas de esas en las que el "to be continued" no nos quita el sueño porque todas están en Netflix a un click de distancia.

 En tren de activar la memoria emotiva de mi niñez me puse a ver Indiana Jones y el Templo de la perdición, Indiana Jones en busca del arca perdida ...., Indiana Jones y la última Cruzada e Indiana Jones y la cruzada después de la última cruzada. 

En fin, como el temita de las vacaciones es que uno tiene tiempo, me puse a pensar. Siempre me obsesionó esto de la realidad y la ficción y me di cuenta de algo esclarecedor que tal vez, sólo tal vez, se le escapó hasta al propio Steven Spielberg: Indiana Jones es el típico buscador de tesoros. 
Ustedes dirán: "Pero qué novedosa la Buena Pipa, nos está dando una primicia"; sin embargo,  aunque no lo crean, Indiana Jones representa a aquellos hombres que eternamente buscan un tesoro (entiéndase: mujer) y que cuando la encuentran, van en busca de otra que les genere el vértigo de la búsqueda.

Por eso hoy en LA COFRADÍA DEL OVARIO, La Buena Pipa analiza a los Hombres Indiana Jones o el arquetipo de los Buscadores de Tesoros.

A veces viajan kilómetros, hacen grandes gestos, parecen amables, te mandan correos electrónicos, están atentos, son atentos; a veces están cerca y a veces, solamente aparecen porque sí para rompernos la paciencia y el corazón en partes iguales.

¿Vieron como cuando en el colegio, cuando éramos chicos, cambiábamos figuritas y buscábamos la más difícil? Era un capo el que lograba conseguirla, aunque después la dejara fuera del álbum porque no se animaba a pegarla. Bueno, el Hombre Indiana Jones funciona así, en cinco pasos (lo avisamos como una especie de alerta a la comunidad de estrógenos que nos congrega para que los detecten y se salven de quedar fuera del álbum):

  1. Busca en el mapa (no importa dónde, a él no le interesan las distancias) y cual GPS hormonal rastrea su tesoro.
  2. Pone el marcador y se dirige hacia la figurita difícil y empieza el proceso de familiarización. Busca antecedentes; conoce gustos y hasta debilidades. Algunos aciertan de pura casualidad (no todos son tan preparados).
  3. Accede al tesoro, a las inmediaciones del tesoro. Puede competir con otros buscadores a quienes quitará del medio a cualquier precio y comienza el proceso de hostigamiento (algunos pueden llegar a enviar mails por toneladas o invadirnos el whatsapp) que puede llevar días, semanas, hasta meses. El Buscador de tesoros goza de la búsqueda, no del hallazgo. En criollo: llevan todo para el mate, hasta calientan el agua, pero no toman el mate porqueeeeee...les da acidez, dicen.
  4. Se acercan como Golum al anillo de Frodo, ladinamente. Esperan el momento adecuado y encuentran el tesoro. La búsqueda ha finalizado para el Hombre Indiana Jones y el círculo vuelve a repetirse, nunca es "la última cruzada" porque siempre va a haber tesoros por ahí. Y se va...porque no es valiente el que busca, amigas, es valiente el que se queda con lo que encuentra.
  5. Se vuelve al paso 1. Y así (como dice Buzz Lightyear)  "Al infinito y más allá". LA figurita al cajón de los recuerdos. El tesoro al Museo y él otra vez al Google Earth de las relaciones amorosas.
Si están en la fase 2, están a tiempo: CORRAN. Si pasaron la tercera: les ofrecemos ayuda terapéutica o una ida al AutoMac a ahogar las penas en un Angus Bacon XXL. Tenemos agentes en todas partes del globo que pueden  ayudarlas a dejar de sentirse como una muñeca en una vitrina: DIVINA PERO VACÍA.

Estamos a su disposición. No dude en llamarnos las 24 horas a este número que aparece en pantalla: 0800-MENEGAÑASTEMEMENTISTE  o contactarse con nuestra web www.nososvossoyyo.com

Nos vemos,
LBP