26 mayo 2008

La Cofradía del Ovario presenta: SEXTO SENTIDO (la versión más libre que encontramos)

Los miembros más selectos de esta Cofradía coinciden en afirmar que si Michael Night Shyamalan hubiera sabido que después de Sexto Sentido no iba a dar pie con bola (cinematográficamente hablando), se llamaba a silencio después de hacerla (como Rulfo con Pedro Páramo); porque lo que vino después de esta joyita (Señales, La dama del agua, etc.) es fácilmente olvidable; al menos, ésta es la humilde opinión de las integrantes de la Cofradía. Repasemos la ficha técnica brevemente para entrar en tema: Año: 1999 Protagonistas: Bruce Willis (que dejó de pelearse con edificios o aeropuertos enteros por un rato en esta peli) y Haley Joel Osment (que inmortalizó la frase “I see dead people”) Argumento: Un médico psiquiatra, especialista en niños con problemas de conducta es atacado por un joven que alguna vez fue paciente suyo y a partir de allí “aprende“ la lección y se decide a no abandonar a un pequeño que ve gente muerta en todas partes y lo sigue hasta lograr que supere su trauma. Sobre el final gracias al sexto sentido de Cole, el pequeñito en cuestión, el Dr. Malcom Crowe (Bruce Willis) se da cuenta de que ha muerto con el disparo de Vincent en los primeros 10 minutos de película (su ex paciente que termina suicidándose) y que él es uno más de los muertos que ve Cole porque necesitan del nene para cumplir con los asuntos pendientes que dejaron de este lado de la tumba.
GE - NIAL, porque esto fue antes que Los Otros, El Orfanato y que miles de películas que han trabajado esto de mezclar a los vivos con los muertos (aunque en la vida real estemos todos aglutinados y compartamos inclusive, y en determinadas oportunidades, reuniones sociales con muertos emocionales, vivos adormecidos y también con aquellos que transitan el maravilloso limbo de los que se hacen eternamente los pelotudos a la hora de tomar las riendas de su vida); pero veamos cómo La Cofradía del Ovario interpreta Sexto Sentido a la hora de trasladarlo a la femenina realidad de sus miembros e integrantes.
¿Existe alguien (con más o menos memoria) que haya visto la película y haya podido olvidar esa escena maravillosa en la que él se da cuenta de que está muerto? Se las resumo: cuando se mira el balazo en el estómago que recibió hace un año como si le disparan por primera vez, la alianza se le cae de las manos a la esposa que suspira el aire helado mientras él acepta su realidad finalmente: que está muerto.
Yo no conozco a nadie que no la recuerde.
La Cofradía sostiene que, detalles más o detalles menos, a todas les ha ocurrido más de una vez esto de darse cuenta a las cansadas de una situación que se anunciaba desde el principio y que muchas veces, el Sexto Sentido Femenino ( en adelante: SSF) sirve solamente para ver más allá, pero en las historias ajenas; en las propias, la mayoría de los miembros de esta Cofradía asegura no poseer siquiera cuatro de los cinco sentidos originales.
Hay historias que son la crónica de una muerte anunciada (gracias Gabo) de las cuales, las personas que nos rodean nos anticipan el final (a veces de manera directa, a veces con eufemismos), nos cuentan cómo va a terminar, pero nosotras (como el psiquiatra de Sexto Sentido) no lo aceptamos hasta que vemos el agujero en el estómago que nos ha dejado otro amor contrariado más en nuestro haber. Porque el SSF sólo funciona para las demás y cuando alguien nos dice lo que su propio SSF le ha marcado acerca de nuestra historia, le echamos flit y le decimos: “Nada que ver, lo mío con Fulanito es otra cosa. Nosotros cuidamos mucho esta relación...blablablablablablabla”
RISAS A MONTONES ¿Quién no dijo tamaña estupidez alguna vez? Yo hasta recuerdo el banco de la plaza en el que afirmé dicha insensatez cual sentencia kantiana, mientras mi Fulanito gastaba otro banco de otra plaza con una blonda Menganita cuyo SSF le había indicado que conocería al hombre de su vida. Como ejemplo vale lo acaecido a uno de los miembros más renombrados de esta Cofradía en las áureas épocas en las que todavía creía que su príncipe azul estaba pintado con fibra indeleble y no con acuarela al agua.
Situación:
Él la llama al celular diciéndole que estaba en la casa de un amigo que vive en San Isidro y que se le hacía tarde para volver y se quedaba a dormir ahí, que no podía acompañarla a la fiesta de Fin de año de la empresa. Ella, comprensiva hasta el empalago, le dice: “qué raro, mi amor, en el celular me sale que me estás llamando desde el teléfono de la oficina”. ÉL , ni lerdo ni perezoso, le responde que las líneas andan para el demonio, que seguramente hubo un cruce de señales, etcetcetcetcetc, que lleve el celular a arreglar porque no funciona bien...tatatatatatatatata; y ella.... LE CREE. ¡Sí, una mujer inteligente! Y ...¡Le cree! Es más, seguramente habría creído que una comitiva de plutonianos había abducido su línea telefónica para experimentar, si él se lo hubiese dicho. No se dio cuenta de que su frente tenía tantos apéndices como el tronco de un palo borracho, ni siquiera cuando, ofuscada, llamó a la compañía de celulares para quejarse por el servicio de identificación de llamadas que ofrecía la empresa y que funcionaba cada vez peor. Pobre Diabla, tenía el balazo en el estómago, el frío en el pecho, la alianza en el suelo y los cuernos debajo del flequillo y seguía sosteniendo que su relación estaba en el mejor de los momentos. El SSF muere, derrapa, fallece, desfallece o se anula directamente en presencia de la testosterona (onda Superman con la kriptonita) por eso es que tan fácilmente podemos encontrar situaciones en las que lo evidente se diluye y descubrimos que el Principito de Saint Exupéry siempre tuvo razón con que lo esencial era invisible a los ojos; por ejemplo, podemos ver a nuestro Fulanito partiéndole la boca a cualquier Menganita de por ahí y nosotras argüir muy sueltas de cuerpo: “Mirá, qué solidario, le está sacando una basurita del ojo.” ¡La vida de los miembros de la Cofradía y de las mujeres en general sería tanto más sencilla si en lugar de jactarnos de nuestro Sexto Sentido nos dedicáramos a aguzar, al menos, el sentido de la vista o del oído! Pero, NO, preferimos pensar que nos las sabemos todas cuando lo único que deberíamos hacer sería aprender un poco de los animales que huelen el peligro y aúllan cuando ven a un muerto vivo. TODO ES CUESTIÓN DE OLFATO, AMIGAS DE LA PROGESTERONA. EL SENTIDO MÁS IMPORTANTE QUE PUEDE DESARROLLAR UNA MUJER CUANDO CONOCE A UN HOMBRE.

4 comentarios:

razondelgusto dijo...

¡Qué bueno, Nati!
¡Qué catarsis maravillosa!
No entiendo cómo se te ocurren esas relaciones tan increíbles entre los hombres y las películas... me encanta esta sección.

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

¡¡Buenísimo, Nati!!
¿Me creerías si te digo que no recuerdo esa escena? ¿Que apenas recuerdo la película? ¿Que lo único que me quedó grabado es que en la mitad (o antes) me di cuenta de que el chabón estaba muerto y le arruiné la película al resto de la familia que me puteó en todos los idiomas imaginables? ¿Ves? A la tía le funciona el ssf bastante bien y bastante seguido. El problema es que tiene el síndrome de Memento, le falla la memoria a largo, mediano y corto plazo... En fin, todo no se puede, ¿no?

Además hubo una película que me gustó más que Sexto sentido de Michael Night Shyamalan, "El protegido" (corregime si me equivoco). ¿Cuántas miembras de esta selecta cofradía no nos sentimos como el pobre Elijah en esa película? ¿Dónde estarán las protegidas que equilibran el universo del comics? En fin... para otra de tus secciones...

razondelgusto dijo...

Que la tía Laura recuerde que "El protegido" es de Shyamalan, y encima que es posterior a "Sexto sentido" me ha dejado pasmada... Algo mágico está pasando con esa memoria...

La tía Laura dijo...

No, Lili, la tía Laura no recuerda más que aromas y sabores y los anda desparramando por ahí... Entonces, aparece "es la reina y..." y recoge el aroma del pochoclo o de las pasas de uva con chocolate y los asocia con la imagen del pobre Elijah cayendo por las escaleras de la estación (es siniestra "es la reina y...") Entonces viene la que en sus ratos libres juega a que es licenciada o profesora o investigadora o intelectual de izquierda o... (depende también de cuál se haga cargo) e investiga los datos para pasárselos a las otras dos. A veces hasta interviene la que siempre está dudando de todo y hace que todas las demás pongamos en crisis los aromas, las asociaciones y la investigación completa (a esa la llamo el genio maligno de Descartes) y entonces es como que todo vuelve a empezar y la farolera tropezó...
La cuestión es que así nos vamos complementando y confundiendo cada día un poco más. Y a veces en momentos que bordean lo epifánico hasta logramos saber cuál es cuál y nos saludamos casi amablemente cuando nos cruzamos en algún pasillo del mundo.

Un beso grande.

Alina Reyes, pero la que se quedó en el puente; no la garca de Buenos Aires (aunque pensándolo bien, bien podría ser la garca...)