08 mayo 2008

La Buena Pipa y los Servicios de Atención al Cliente

Aquellos que vivimos con más o menos años los gloriosos ‘80s, todavía tendremos la persistencia en retina de las imágenes de Sara Connor huyendo de Arnold Shwarzenegger en el papel que más le ha cuadrado, el de robot en Terminator. Nadie olvida al padre a futuro de John Connor explicándole a la que todavía no era su mujer que era la madre de aquel que se rebelaría contra las máquinas. La cosa era que al parecer, en el futuro, es decir unos 20 años más allá del ’85 (cuando transcurre la acción y se estrenó la película) las computadoras se transformarían en máquinas inteligentes que manejarían a los humanos a su antojo.
Hasta aquí, el argumento del film que catapultó al actual Gobernador de California con su glorioso “Hasta la vista , baby” al estrellato hollywoodense; y aunque la ficción erró algunas circunstancias, sin embargo, no se ha alejado demasiado de la realidad actual. No puedo no recordar el final de “Emma Zunz” de Borges: La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todos, porque sustancialmente era cierta. (...) sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios. Para empezar este Cuento de la Buena Pipa y los Servicios de Atención al Cliente, también va a ser necesario alterar la hora, las circunstancias y un par de nombres propios pero sin lugar a dudas, hoy La Buena Pipa comparte cartel con Terminator 1,2,3,4,5,6,7,8,9,18, 25, etc.
HOY:
Lugar: la casa de uno, en el lugar en el que esté el teléfono y si es inalámbrico, cualquier lugar, si es el celular traten de buscar algún paisaje bucólico que amenice el momento absurdo que van a protagonizar. Tiempo: ahora, ayer, mañana, lo que hay que tener claro es que siempre hablamos de un tiempo...perdido. Protagonistas: nosotros y los servicios de atención al cliente de una empresa de servicios (cuyas únicas palabras con sentido y sustancia son artículos y preposiciones : los, de, al y una; porque servicio, no prestan; como a clientes, no te tratan y atención, no te brindan) Si alguno de nosotros, por ejemplo, ha intentado cancelar un servicio adquirido o comunicarse con algún centro de atención al cliente de esos que figuran detrás de las boletas /facturas que pagamos puntualmente cada mes y con las que nos aseguramos el hecho en sí de ser clientes de determinada empresa, sabrá que tal evento puede trasformarse en un bonus track de cualquier película de Ciencia Ficción y obviamente en un molestísimo Cuento de la Buena Pipa. Vamos a suponer que necesitamos cancelar un servicio de internet que nunca tuvimos porque nos llegan facturas que nunca tramitamos. Error 1: suponer que el trámite es simplemente telefónico y que en unos instantes quedaremos liberados, porque nos va a atender una amable señorita o un caballeroso muchacho que con celeridad culminará el trámite de cancelación de aquel servicio que jamás tuvimos. ¡ILUSOS! ¡INGENUOS!¡INOCENTES CÚBICOS! Creer que hablaremos con una persona es una quimera con la que nos engatusan al firmar el contrato inicial, porque si hay algo que debemos entender bien es que contratar un servicio es simple, muy simple, pero deshacerse de él es casi un cuento de Kafka, nos damos cuenta de que somos cucarachas dentro de una maquinaria social que nos margina y se caga de risa de nosotros, los clientes. Error 2: pensar que tenemos todo lo que necesitamos para cumplir con la suspensión del servicio que nunca tuvimos. Es muy común creer que no pueden pedirnos aquello que no tenemos pero lo cierto es que en el momento de marcar el 0800- YOTEAYUDO, todavía no sabemos que nos pueden exigir la primera orina de la mañana, el conteo de glóbulos blancos, la fecha de ovulación, el último control odontológico y un certificado de aptitud física que nos habilite para comunicarnos con el servicio de atención al cliente. Ajenos al mundillo de las opciones divergentes de los contestadores telefónicos de dichos servicios, marcamos el número y abrimos la puerta de la Buena Pipa.
Aquí van los diez pasos para entrar y salir del Cuento de la Buena Pipa y los servicios de atención al cliente: 1) Marcamos y al segundo tuuuuuuuuu, atiende una grabación que con voz orgásmica nos anuncia que todos los operadores están momentáneamente ocupados que reintentemos más tarde. 2) Intentamos más tarde y la misma voz nos anuncia que debemos aguardar unos instantes. Los instantes son tan eternos como el balazo a Jaromir Hladik en “El milagro secreto” de Borges (otra vez). Una vez sorteado el escollo del instante, aparece otra grabación que nos brinda opciones. 3) Debemos escuchar atentamente para apretar el botón correspondiente a la opción que necesitamos para deshacernos, dije, del servicio que jamás obtuvimos de la empresa a la que estamos llamando. 4) Luego de escucharlas dos veces convenimos en que la opción tres es la más cercana a lo que necesitamos que es la cancelación de un servicio. Oprimimos ilusionados el 3 y el Infierno Dantesco aparece ante nosotros. 5) La vocecita nos dice que para acceder a esa opción debemos colocar el número de cliente. Miramos la factura y lo marcamos y luego como indica la voz melosa oprimimos la tecla Numeral(#) 6) En cuanto terminamos de marcar la tecla numeral, la voz nos dice que el número que hemos marcado es inexistente, que nos comuniquemos con un operador. 7) Volvemos a repetir los pasos hasta el tercero y en las opciones escuchamos que la opción 5 nos permitirá acceder a una voz humana pero antes de la voz humana, la máquina (que obviamente tiene pensamiento propio y quiere complicarnos el día porque está aburrida, onda Terminator) nos pide el PIN. Nosotros no tenemos PIN, así que cortamos y volvemos a llamar para ver si hay una opción para conseguir el PIN. 8) Otra vez repetimos los pasos hasta el tercero y ahí escuchamos que la opción 6 es la que nos dará el PIN (Personal Identification Number) que logrará completar el paso 5. Pero cuando oprimimos el 6 , la voz (de mierda, ya) nos pide el número de cliente seguido de la tecla numeral que no reconoció en el paso 5. Lo volvemos a presionar número a número y con violencia el dedo índice cae sobre la tecla numeral. “Número inexistente”, again. 9) Cortamos y volvemos a marcar, de vuelta hasta el paso tres y escuchamos que después de las opciones dice “si no aguarde y será atendido” y decidimos aguardar. Músicamúsicamúsica. Pasan la Bolognesa de Chopin, el Himno a la Alegría de Beethoven, Para Elisa tocada por Richard Claydermann, y nada. 10) Volvemos a cortar y otra vez a esperar. Mismas conciones que ya podríamos sacar en el piano tranquilamente porque las hemos escuchado COMPLETAS y cuando por fin alguien nos atiende, nos dice que en esos casos, tenemos que pagar la Factura en cualquier Pago Fácil y después ir a la Oficina Central que queda en el lugar donde el diablo olvidó su poncho y completar el trámite personalmente.
Estamos agotados, los dedos agarrotados, el oído exhausto de allegros y preludios y no pudimos dar de baja al servicio que nunca tuvimos. Lo único que nos resta es ir a Pago Fácil y en la cola soportar estoicos los comentarios de la sucursal PAMI- COLA PAGO FÁCIL, cuyos miembros selectos tratan de insertarnos en la protesta inocua de todos los días que justifica su existencia en dichos sitios, antes de pasar a las Ofertas del día de Coto o de Carrefour. A veces creo que Terminator era un bebé de pecho comparado con estos conmutadores de Atención al Cliente y sólo puedo repetir como una autómata, mientras la señora de adelante discute con la cajera porque no tiene monedas de un centavo para darle el vuelto de los 16.99:
“HASTA LA VISTA, BABY, HASTA LA VISTA, BABY, HASTA LA VISTA, BABY”
GAME OVER

4 comentarios:

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

¡¡¡jajajajaja!!!
Por lo menos la pobre Sara Connor lo tenía adelante a Shwarzenegger para darle un roscazo o destrozarle el ojo aunque más no sea...
Nosotros sólo tenemos una voz en el teléfono a la que ni siquiera vale la pena putear, porque no alcanza a ser ni siquiera un reflejo del poder al que nos enfrentamos.
Eso es lo kafkiano de esta era. El poder es tan anónimo, tan impersonal, que aunque quisiéramos luchar contra él, no sabríamos por dónde empezar ni para dónde disparar... Como un Joseph K del subdesarrollo terminaríamos en un pozo bajo tierra sin saber siquiera cuál fue nuestro delito.
y bue... yo ya encontré una buena manera de vengarme de este tipo de maltratos. Todos los días llamo a un Servicio diferente de Atención al Cliente y le canto bajito con la más enternecedora de mis voces, la Marsellesa con tono de milonga.
Besitos.
La tía.

razondelgusto dijo...

¡¡¡Buenísimo!!!
Es así, tal cual... Lo paradójico es que las peores empresas en atención al cliente son las de comunicación... Andá a comunicarte con un ser humano en Teléfonica, CTI/CLARO, etc...
¡Cuántos intertextos, cómo se nota que sos profesora de Literatura! (perdón, Licenciada!)
Besos.
Se la extraña...

razondelgusto dijo...

Mañana es lunes... quiero leer la buena pipa y Rebecca, una mujer inolvidable!!!
Besos.

Anónimo dijo...

Hola Brujita, recién hoy pude darme un tiempito para leer tus
últimos artículos...
Este último en particular me tocó más de cerca porque estoy tratando desde hace meses de sacarme de encima una tarjeta!!!!!
Lo único que te faltó, es que cada vez que logras encontrar un ser casi humano que te esta por contestar te aclaran..."esta conversación esta siendo grabada... bla bla bla"
Será para que no los putees???
Me encanta todo lo que escribís... sos un genio!!!!

Lidia