19 mayo 2008

La Buena Pipa y La Cofradía del Ovario presentan: "Lo que el viento se llevó" (o nos dejó, veremos)

La Cofradía del Ovario sigue con la onda Clásica y hoy se sienta a ver una de las películas más taquilleras de la Historia del Cine, que ha sido un semillero de frases memorables todavía vigentes hasta el día de hoy y no sólo para los miembros de esta Cofradía. Es más, aventuro que cuando seamos colonizados por amigables venusinos, esas frases serán las primeras en ser traducidas a su idioma. Resumamos brevemente la ficha técnica para los más jóvenes o para aquellos que simplemente (si a caso es posible) todavía no vieron Lo que el viento se llevó:
Ficha técnica: Año: 1939, Nominaciones al Oscar: trece de las cuales ganó ocho. Este largolargolargometraje (dura 238 minutos) cuenta la historia de una jovencita acaudalada del Sur de los Estados Unidos de América, Scarlett O’ Hara que debe enfrentarse a las inclemencias de la Guerra de Secesión. Enamorada desde antes de siempre de su vecino, Scarlett que ha vivido rodeada de hombres que pretenden su atención, se casa y enviuda en dos oportunidades con hombres que funcionan como paliativos de la indiferencia de su “gran” amor: Ashley Wilkes. Pero lo que ha llamado la atención de esta Cofradía ha sido el final de la película (que estoy obligada a adelantar) en el que Scarlett, luego de la muerte de su primera cuñada y esposa adorable de Ashley, Melanie, (es decir, cuando tiene el camino libre) se da cuenta de que, realmente, está enamorada del hombre con el que se ha casado para pasar el rato, aunque finalmente lo entiende cuando él la deja y ante el ruego de ella le responde con la frase (que ha sido elegida en el 2005 como la frase del siglo en la Historia del Cine): “Francamente, querida, me importa un bledo.” Hasta aquí la ficción, pero lo cierto es que Lo que el viento se llevó se quedó corta, paradójicamente, (recordemos su duración) porque todas las mujeres preferimos, sin lugar a dudas, ser Scarlett en lugar de Melanie y hemos ejercido el derecho a serlo al menos una vez en nuestra vida. Miembros fundadores de esta Cofradía así lo atestiguan.
Pongamos en situación la historia: Hemos estado enamoradas de un fulano que no nos dio la pelota que deseábamos. Por él llegamos al punto de ir al baño con el celular por si llamaba para que no tuviera que aguardar más que un pip en el teléfono (a ver si se arrepentía); fuimos a fiestas embolantes, a exposiciones de arte abstracto que no comprendía ni el pintor, tomamos tres veces el mismo colectivo para ver si lo encontrábamos de “casualidad”, empezamos a correr por la plaza siempre en sentido contrario a las agujas del reloj para “toparnos” con su anatomía “sin querer”, nos conectamos y desconectamos del MSN para que le apareciera que habíamos iniciado sesión y el nabo se diera cuenta de que estábamos AHÍ, para él y para nadie más.
¿Me siguen? Veo que alguna ya está viéndose. No se preocupen a todas nos pasó alguna vez. Bueno, el tipo ni nos registra o nos ha catalogado como una “gran amiga” (nada que aniquile más nuestras hormonas que ese mote cruel de “amiga” del “amor de nuestras vidas”), entonces, siguiendo la táctica Scarlett (a veces sin saberlo) buscamos un reemplazo, inconscientemente en el mejor de los casos. ¡Oh, casualidad! Para ese pobre diablo, nosotras somos la Luna, el Sol y el Sistema Solar en pleno y el inocente cree fervientemente en nosotras porque somos para él como Ashley para Scarlett: todo.
Buscamos los momentos adecuados para “cruzarnos” con nuestro fulano, siempre acompañadas del inocente que nos sigue y nos trae del bar lo que le pedimos y nos presta la campera porque (eso lo sabemos todas) para ser una diosa hay que cagarse de frío en las fiestas, (ser una diva, duele) y vinimos muy desabrigadas. Finalmente nos cruzamos y él está con otra distinta, nos saluda, presentamos al de la campera y nos vamos porque de pronto nos sentimos mal y el pobre, camino a casa, para en la farmacia a comprar Ibuevanol (porque él es capaz de cualquier cosa por nosotras, como nosotras por el fulano) El tiempo pasa, cambiamos de víctima unas dos o tres veces mientras seguimos siendo “amigas” del fulano de mirada errante y futuro imperfecto; pero nada, nuestra desorbitada vida sentimental no le hace mella, y en el peor de los casos el tipo nos aconsejará “como amigo” que tenemos que pensar bien qué es lo que queremos y no andar saliendo porque sí con cualquiera.
FATAL, que él nos diga que tenemos que saber qué es lo que queremos. ¡Él! ¡Uyuyuy! No vuelvo de esa imagen, nonono.
Sin embargo, mientras recibimos estoicas los consejos de nuestro fulano de los sueños, nuestro amigo de toda la vida, aquel al que le contamos todo, el que sabe cómo nos sentimos, el que ha soportado lágrimas y puteadas, nos escucha, nos acaricia el pelo despacito y nos confiesa su amor; nosotras, deshechas y firmemente convencidas de que tenemos que poner en orden nuestra cabeza y en su lugar, el corazón (como nos aconsejó el fulano), le decimos que sí, que dale, total, ¿qué perdemos?, ¡nos conocemos tanto! Dale dale dale, y ahí estamos de novia con alguien que nos quiere, nos respeta, nos tiene en cuenta, nos hace sentir bien y de repente el Fulano lo nota y empieza a acercarse y nos habla al oído y ¡Zas! Al Diablo el orden y la vida encauzada. Le decimos al amigo que estamos confundidas y que tenemos que pensar qué queremos pero que tenemos que pensarlo... SOLAS (¡Ja!) Truco viejo.
Pasan un par de días y nos damos cuenta de que el Fulano era mejor en nuestra cabeza que en la realidad y descubrimos que no hay nadie como nuestro amigo-amante, ése que dejamos para matar el mito del Fulano de nuestros sueños (que era simplemente eso, el tipo de los sueños que se terminan cuando suena el despertador); volvemos a nuestro amigo-amante y le confesamos lo que sentimos (esta vez de VERDAD) y él, que no es ningún pelotudo nos responde:
“Francamente, querida, me importa un bledo” (el cronolecto puede variar, podemos reemplazar “bledo” por “carajo” y el “querida” por “nena, flaca, che, “ etc)
Listo, ya somos Scarlett O’Hara y ni siquiera nos enteramos. Le pedimos que lo piense pero él se va y nos quedamos usando la leyenda del Fulano como felpudo, con la cabeza partida, sin el amigo de siempre para contarle lo que nos había hecho el turro de turno y sin nadie que nos compre chocolate para liberar endorfinas y no sentirnos tan desgraciadas.
El viento suele llevarse muchas cosas (a mí me debe un par de historias ése) techos, pisos, amores de verdad y de mentira, hojas, amigos, fulanos y menganos. Algunas de ellas las cubre el seguro, a otras , no; pero la mayoría se va, vaya uno a saber a dónde ... Sin embargo, hoy prefiero hacer como Scarlett, después de todo es la heroína de la película. Cuando su verdadero amor (Rhett Butler) la deja, harto de que ella piense en otro, llora sin consuelo sobre los escalones de la sala hasta que treinta segundos antes del “The end” dice: "Mañana voy a pensar en esto. Hoy, no. Mañana será otro día”
A veces no sabemos bien qué es lo que el viento se nos llevó ni a dónde, pero hagamos como Scarlett: mejor eso... lo pensamos otro día.

2 comentarios:

razondelgusto dijo...

Bravo, Scarlett... ¡Qué escena inolvidable, mi dios! Ella, enhiesta, en la lomada, con los ojos llenos de lágrimas mirando hacia el futuro.
A mí nunca me pasó, debo confesarlo,no soy una chica Scarlett... pero entiendo el sentimiento, lo entiendo muy bien.
Me encanta esta sección, es una genialidad digna de la sección femenina de Página 12.

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

Lo que pasa es que Scarlett (uno de los personajes femeninos más apasionantes de la historia del cine), como diría Mastretta, se enamoró "como se enamoran las mujeres inteligentes, como una estúpida."
Parafraseando muy libremente a la poderosa Virginia Woolf: La mujer le sirve de espejo deformado al hombre. Cuanto más estúpida la elige, más grande ve su inteligencia (y su miembro, claro)

Por eso, nena, ¿cuándo vas a aprender a ser espantosamente dulce y apacible como la horrorosamente pasiva Melanie? Aunque si el premio es el boludo de Ashley..., digamos al unísono: "Mañana será otro día..." y gocemos de la vida SOLAAASSSSS

Te quiero.
La tía.