01 agosto 2008

La Buena Pipa en la fila del Banco con los jubilados

Aunque los seres humanos carezcamos de lógica, la Humanidad como el sustantivo colectivo que nos aprisiona a todos, sí la tiene. Dieciséis siglos más tarde, comprendí por qué cuernos había caído el Imperio Romano en el siglo V (d C.), entendí a conciencia por qué demonios se había derrumbado Constantinopla y, aunque parezca mentira, el responsable de la hecatombe histórica que dio origen a los diez siglos de la oscura Edad Media, fue el idioma.
Ustedes se preguntarán de dónde saco yo que por un desarreglo semántico se fue al carajo todo un Imperio. Simple: El Latín tuvo la culpa, sí sí sí, los romanos no se entendían porque nadie entendía el latín escrito que era distinto del latín hablado. Si uno escribe una cosa y otro lee otra, comienzan los problemas y así fue como los romanos perdieron su statu quo (habría que avisarle esto a toda la plana política argentina, habría que darles una clase de Historia de la Lengua para que se dejen de joder y empiecen a hablar todos el mismo idioma, ¿no?)
En este momento a esta altura del párrafo estarán diciendo: “¿Qué habrá desayunado hoy esta mujer? ¿Habrá tomado mate Marca Acme y está desvariando?”; si se están cuestionando si estoy o no en pleno uso de mis facultades les comento que… eso es algo que no podría confirmar, haciendo hincapié especialmente en las palabras “uso”, “pleno” y “facultades”, pero eso no viene al caso ahora porque les aseguro que toda esta clase de Historia Antigua tiene un norte y hacia allí voy.
El cuento de la Buena Pipa es un blog con amplia cobertura; tenemos a mucha gente trabajando para nosotros y abarcamos los sectores más vastos de nuestro surrealismo por eso es que esta semana me tocó cubrir la historia de La Buena Pipa en la cola del banco con los jubilados.

Mi abuelo es un tipo ocupado, es miembro fundador del Club Cocoon del Barrio que está por obtener la personería jurídica en breve y no puede ocuparse de ir al banco a cobrar su jubilación, y me “distinguió” entre sus allegados para que fuese YO y no OTRO quien TUVIESE que ir al BANCO con los demás JUBILADOS a cobrar su sueldo todos los meses. Por eso, y nada más que por eso (quiero decir que no tengo vocación de pelotuda ni practico para fakir emocional, ni necesito sumar puntos para acceder al cielo y esas cosas...) es que entré al Banco esa mañana a hacer la cola con los jubilados mientras la Buena Pipa sellaba unos recibos de sueldo en la ventanilla sur del salón.

Cuando entré había tres “expendedoras” de números diferentes : amarillo, verde y azul verdoso; estos tres tipos distintos de números se correspondían con tres “colas” de jubilados diferentes. Me dije que lo primero que debía hacer era preguntarle a alguien en dónde debía pararme para poder adquirir los recibos de sueldo de mi abuelo que continuaba ocupado en la vereda contando las bolitas del tilo y protestando por el piquete de tomates peritas de la otra cuadra. Me acerqué a una viejecilla que lo primero que hizo fue agarrar con fuerza la cartera, pensando que yo iba directamente a arrebatársela. Después de que se dio cuenta de que a pesar de la facha, no iba a robarle, me pidió que la ayudara a salir del banco porque habían clausurado la rampa de la entrada porque patinaba los días de lluvia y tenía que bajar diez escalones y se le complicaba. Como para cada escalón necesitábamos minuto y medio de preparación, insitentemente yo le preguntaba si sabía qué número tenía que sacar, pero tuve la mala suerte de quedar del otro lado del audífono y la pobre mujer ni siquiera registró mi pedido de auxilio.

Volví a entrar y me mandé decidida a uno de los escritorios, mientras escuchaba detrás de mí una serie incalculable de murmullos porque no había sacado número y pasaba igual: “Esta juventud está quemada”, “Mire , señora, si en nuestros tiempos uno iba a pasar delante de una persona mayor sin pedir permiso”, “Así está el país, mire en manos de quiénes lo dejamos” “¿Vio cómo aumentó el aceite? Nonono así no vamos para ningún lado”; yo quise explicar que solamente había pasado a preguntar qué número tenía que sacar, pero decidí quedarme en el molde porque justo cuando le iba a preguntar a la empleada cuál debía ser mi destino de espera, un anciano bandoneonista comenzó a hacer sonar el fuelle con “Naranjo en flor” y chau… nadie más oyó nada ahí adentro.

Yo le preguntaba a la empleada y la mujer, acostumbrada a repetir en voz alta y pausada las cosas, me hablaba como si yo fuese Forrest Gump y entre el griterío de jubilados indignados por mi presencia y el “perfume de naranjo en flor” , le dije que sí a la recepcionista, hice tateti y elegí el verde.

El salón estaba repleto de sillas negras y mientras me iba buscando una, comencé a contar cabezas y a calcular edades (sí, estaba aburrida… ¿ Y qué?) Ahora escuchábamos “La Cumparsita”

Para cuando me llamaron, había acumulado más de dos milenios, o sea, pleno esplendor del Imperio Romano y no pude más que pensar en el origen de la palabra Jubilado, porque paradójicamente, jubilado viene del Latín Jubileo que quiere decir: alegría (jajajajajajajajajajajajaja); claro los romanos no entendían nada por eso terminaron como terminaron. Es decir que para ellos, jubilado era “aquel que estaba alegre” (cri cri…cri cri= grillos)

El cajero me dijo que primero tenía que sacar el número amarillo para “entrar en el sistema” como apoderada de mi abuelo que ahora debatía con otros cocoones la persistencia de las hojas del ficus en pleno invierno. Sonaba en el aire “Taquito militar”

Esperé treinta números que a velocidad crucero habrían sido unos 45 minutos pero en la cola de los jubilados se hicieron 93. Escuché las palabras doctas de ex directoras de escuelas que querían darle cátedra al Ministro de Educación, de ex empleados bancarios que calculaban cuántas almohadillas de tinta debía consumir el banco por día porque la tinta ya no venía como antes y soporté estoicamente que dos mujeres cantaran con arrebato cada uno de los tangos que tocaba el bandoneón del ancianito que estaba en la entrada.

Cuando estaba por conseguir un tramontina para tajear el fuelle del instrumento y “valorar el silencio” (como me enseñó mi tía), llamaron a mi número y logré completar un trámite para sacar lícitamente el número verde que era el que me tocaba ahora.

Otra hora y media, el bandoneón seguía sonando, ahora era “El día que me quieras” (y me reí pensando que mi vida sentimental no encajaba ni en una letra de tango) Llegué al mostrador, pero tuve que esperar a que una mujer contara el sueldo en billetes de diez pesos que le acababa de dar el cajero (porque los jubilados desconfían siempre del cajero)y perdí 15 minutos más. Finalmente pude retirar los recibos de sueldo de mi abuelo que en ese momento estaba armando una mesa de enlace paralela a la del campo junto con sus amigos en la vereda de mi casa.

Salía del banco pensando en que jamás iba a salir de auquel cuento de la Buena Pipa porque si a los treinta y pico ya iba a “cobrar” jubilaciones, cuando me tocara jubilarme iba a tener más de treinta años de experiencia e iba a tener que cumplir con todos aquellos ritos unayotravez unayotravez.

Jubileo-jubilado-jubileo-jubilado… No me pregunten si quiero que me cuenten el Cuento de la Buena Pipa porque sería sadismo.

Cuando salía del Banco, el viejito tocaba el tango “Uno”, ése en el que "unos" buscan llenos de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias…

No aguanté más, salté la rampa clausurada y salí corriendo a confirmar en Wikipedia que la caída del Imperio Romano había sido causada por una paradoja semántica.

Nos vemos o nos leemos la semana que viene…

“sabe que la lucha es cruel y es mucha pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina…uno va…” ¿Uno va?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muuuuuuuuuuuyyyyy buenoooo!!!!!!! es muy gracioso!!! ...y es verdad!!! jajajaja

Besos, Cristián.

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

Uy, Nati, me hiciste reír con ganas pero la verdad es que a mí este tema me pone seria… Qué mal…
En fin… estaba pensando que no sé si la paradoja semántica era tal en esos tiempos. Imagino a los ancianos romanos, una vez retirados de la vida pública, dedicándose a la contemplación, a comer uvas y a tomar un buen vino en una tina de mármol. Eso, tal vez explicaría la asociación, hoy paradójica, de la palabra JUBILADO con la que le dio origen: JUBILEO. Aunque (me dicta acá la tía Laura) si tenemos en cuenta que en esa época todavía no existía el VIAGRA, lo de JUBILEO no deja de ser una exageración…
(Siempre acotando boludeces. Bueno, si logro que se calle, sigo…)
En cambio, en estos días, recordar la etimología de la palabra JUBILADO da risa. Y da risa si no queremos sentarnos en serio a pensar en el futuro… porque hoy para un jubilado, las uvas están tan altas y el reuma tan avanzado que ni siquiera intentaría tratar de alcanzarlas (El solo hecho de pensar que tendrá que esperar que PAMI le mande una ambulancia en caso de que se rompa la cadera o una pierna en el intento, le hace desistir y conformarse con comer las bolitas del tilo que el abuelo de Nati cuenta mientras hace el trámite para que le den la personería jurídica de Cocoon)
En fin, querida Nati, que la JUBILACIÓN debiera ser un JUBILEO, pero no lo es. Y no lo es, creo, no porque los romanos hayan caído en una paradoja semántica sino porque nosotros, los seres humanos modernos, perdimos el camino el día que decidimos que los viejos habían dejado de ser los más sabios para pasar a ser una carga social y cuando decidimos destinarlos a las colas infernales de los bancos (con bandoneón incluido) cuando no a morir incendiados por abandono y negligencia en un geriátrico de cuarta…
Y sí, me enojé… ¿y qué?, (como dice Nati)… A ver, a ver… alguien me está chistando acá atrás… Acá me dicta algo la tía Laura. Dice que, al final, no sabe de qué se quejan… ¡¡¡Si ahora sí tienen el VIAGRA!!!

La tía Laura dijo...

Ay, ay, ay, Nati... Esta de acá arriba se hace la que piensa en serio pero ¿sabés qué? Yo te voy a explicar... No le falta mucho para jubilarse, ¿sabés? Entonces, lo que vos escribiste le aceleró el reloj biológico y se vio en un futuro no muy lejano teniendo que pedirte a vos, Nati (porque ella seguramente estará haciéndose una plástica con Güerrisi) que le cobres la jubilación.
Por eso estaba ayer tan agreta y amargada y por eso se la pasó diciendo que yo pensaba boludeces.
Así que, quedate tranquila, que acá estamos armando una asamblea laureana para desalojar a la que escribió más arriba definitivamente de cualquier conferencia futura.
En fin, disculpála... (escribo bajito para que no me escuche porque en realidad todavía no asume el problema que tiene con todas nosotras...)
Te mando la solicitud de expulsión para que la firmes.
Te queremos mucho (la agreta también te quiere mucho)

razondelgusto dijo...

Si el abuelo tiene una nieta como vos y sigue socializando con amigos en la vereda, no le ha ido nada mal.
Me parece que el "jubileo" tiene que ver con cosechar afectos, más que la merecida compensación por todo lo trabajado.
Será que yo ya no espero nada del Estado... He visto a mi viejo morir sin Pami ni jubilación porque no aportó los últimos cinco años, después de haber trabajado y aportado toda la vida...
Así que me gusta pensar que cada etapa bien vivida tiene sus encantos. Así me deleito viendo a mi suegra de casi ochenta subiéndose a los hombros para hacerle caballito a su bisnieta de 6 meses que es un sol. Parecían dos nenas jugando. Qué maravilla...
Así que el Pami,la caja, la jubilación privada, la estatal, las AFJP, etc. se pueden ir al mismísimo carajo. Estoy segurísima de que con ellas o sin ellas yo me las voy a arreglar (porque yo tengo que vivir hasta los cien para compensar lo que se perdió mi mamá al morir a los 49.) No le tengo miedo a envejecer y menos a los vericuetos inmundos de estos planes sociales que parecen dádivas.
Reitero: qué bien hizo las cosas en la vida tu abuelo si tiene una nieta que lo banca como lo bancás vos.

Anónimo dijo...

Muy bueno Nati!!!!!
Yo no se de origen de la lengua ni de latín... y la verdad me aburre bastante... pero les cuento que uno de los contenidos de híbrido....
se estudia la esperanza de vida...
Ustedes saben que cuando comienzan las jubilaciones... no se de jubileo o de cagarse de risa de la gente.. los gobiernos ponen como edad de jubileo.. jubilación los 60 años
Saben porque????

Porque la esperanza de vida para esas épocas era justamente de 60 años
o sea..
el tarado que trabajaba toda su vida y aportaba durante treita años.. le daban la jubilación justo antes que se estuviera por morir!!!
Lo que no sospecharon es que la esperanza de vida aumentara de tal manera que hoy viven más del tiempo que trabajan... grave problema!!!!!
Hay que aumentar la edad para jubilarse o sea...
Les parece a los 80???

OJALÁ TODOS TUVIERAMOS NIETAS COMO NATI QUE NOS AYUDEN...
SI NOS JUBILAN!!!

Lidia