19 agosto 2008

La Cofradía del Ovario PRESENTA: "ECO Y NARCISO" (porque ciertos mitos viven a la vuelta de casa)

La mitología ha sido un almácigo en el que pusieron sus piecitos varias ciencias. Las dos que más se abusaron fueron la Literatura y la Psicología. Por ejemplo, Edipo dio origen a la primera parte de Blancanieves (el cazador que la lleva al bosque para matarla y no se anima) y a uno de los complejos psicológicos más famosos: el complejo de Edipo, el de los hombres que no cortan el cordón umbilical que deberían pulverizar a los 4 años (aunque muchos de más de treinta todavía lo llevan colgando debajo del cinturón)
El de Edipo (que trataremos en otra oportunidad) es uno de los casos más sonados de la mitología, pero un estudio realizado por esta Cofradía arrojó resultados sorprendentes al descubrir que el diccionario completo de Mitología está a nuestro alrededor, disfrazado de siglo XXI.

En esta sección nos encargaremos de cotejar las más famosas parejas mitológicas con hombres y mujeres (aparentemente) comunes y corrientes que viven hoy, sin saber que alguna vez un capricho divino los inmortalizó en un mito y ésa es la razón de todos sus problemas. Porque no todo se reduce a la contraposición Venus-Marte en las relaciones humanas. Hay tantos héroes, semidioses, dioses, ninfas y musas dando vueltas por ahí justificando que nuestros vecinos del 4to se lleven como el traste, por ejemplo...

HOY nos atacamos con el mito de Eco y Narciso.

Por esas cosas de la mitología y las declinaciones griegas, “Eco” es un nombre de mujer y “Narciso”, de hombre. Supongo que alguna vez habrán escuchado el término “narcisista” referido al alguien con conductas positivamente pelotudas a la hora de relacionarse con el mundo exterior dada su marcada predisposición a creerse superior y pavonearse con ello; pues bien, todo tiene su origen en este mito más trágico que novela brasileña mal traducida. Ahí va la versión corta y pasada por el tamiz de la Cofradía (tal vez Grimal, no pensaba lo mismo que nosotras cuando escribió el Diccionario de Mitología)

Hay muchas versiones de ese mito (sobre todo en la parte del destino corrido por Eco) pero nosotras, en la Cofradía, elegimos quedarnos con la más poética porque todas tenemos dentro una “chica de barrio” que se emociona con historias de amor siempre ajenas.

Eco era una ninfa que vivía en los valles aledaños al río Cefeso, padre de Narciso (no me pregunten por qué pero aquí, en territorio mitológico, los ríos tienen hijos, se casan, se divorcian y siguen tan campantes corriendo entre las piedritas de su lecho y los dioses se casan entre hermanos sin que el incesto los persiga), un apuesto joven de quien ella estaba perdidamente enamorada ( eso de “perdidamente enamorada” es una redundancia porque no conozco a nadie que no se haya perdido entre los coletazos de la pasión, pero lo vamos a dejar escrito porque no queremos que en su primera entrega, nuestra especialista en mitología se sienta perseguida por temitas semánticos)

La cuestión se resuelve de la peor manera para ambos, como ocurre casi siempre que los dioses meten la nariz en las relaciones humanas (¿Qué dioses malsanos andarán dando vueltas por allí en este siglo? ¿Habrá dejado descendencia Zeus y estos, hartos del Partenón que está hecho percha, se vinieron a joder a la Argentina?) Narciso estaba tan orgulloso de su aspecto que no le daba bola a nadie más y rechazó olímpicamente a Eco que fue deshilachándose hasta que no quedó ni un vestigio de la mujer que había sido y sólo quedó de ella un resto de voz que se escuchaba entre las rocas del valle del Cefeso. Pero el nabo de Narciso no se la llevó de arriba, porque esto de la Cofradía del Ovario viene de generaciones, incluidas las olímpicas, y Afrodita, haciendo causa común con la pobre Eco, lo hechizó de manera tal que Narciso se enamoró de su propio reflejo en el agua de la fuente en la que vivía la ninfa y cuando quiso agarrar su imagen, se cayó y se ahogó (no me pregunten qué profundidad puede tener una fuente, ni por qué Narciso, que era hijo de un río, no sabía nadar ni perrito, ni siquiera me pregunten cómo fue que Narciso no pudo aferrarse al borde la fuente… porque no lo sé)

¡¡Ayayayayayayayayayayay!! ¡Cuántas Ecos y cuántos Narcisos conozco! ¡Cuántas mujeres que se agotan, repitiendo siempre lo mismo a su pareja que, como un Narciso moderno, sólo se mira a sí mismo y a veces (sólo a veces) a su ombligo también, mientras escucha los lamentos de quien (vaya uno a saber por qué) está a su lado hasta que sólo queda de ella el eco lejano y entrecortado! ¡Cuántos hombres que enamoran a nuestras Ecos solamente para verse reflejados en los ojos de ellas, solamente porque los redefine y los coloca en la categoría de héroes el hecho de verse con los ojos repletos de un amor transparente como el agua!

Ahora a los hombres Narciso, los llaman metrosexuales y a las mujeres Eco, se las sigue llamando estúpidas; pero lo cierto es que estos arquetipos persisten tan actuales como siempre. Ya no hay valles, no está Afrodita para castigar Narcisos y poner las cosas en su lugar, no hay fuentes cristalinas (a veces ni hay agua) porque las mujeres Eco de la actualidad, se cansan de dejar mensajes en el celular, se conectan y se desconectan del MSN para ver si los Narcisos dejan de mirar su Facebook y se dan cuenta de que ellas “Están Conectadas”.

Ni el agridulce sabor de la venganza les queda a las Mujeres Eco, porque los Hombres Narciso, van tres veces por semana a natación para modelar el cuerpo y si cayeran hoy en día en la fuente de Eco, saldrían de ella nadando Mariposa.

Por eso, si ven que el que tienen al lado, les usa las cremas y se depila el pechito para que no le moleste el traje de agua que usan para hacer Kayak... huyan despavoridas, amigas. Están por asistir a la metamorfosis del hombre en Narciso. Ellos no se van a ahogar, pero ustedes van a dejar las cuerdas vocales en las paredes del consultorio del analista tratando de entender en qué momento se transformaron para ellos en un Eco de lo que alguna vez fueron.

¡Nos vemos la semana que viene!

9 comentarios:

razondelgusto dijo...

Buenísimo, Nati. ¡Qué divertida que está esta nueva sección mitológica de la Cofradía!
Creo que para que existan los hombre Narcisos tiene que haber muchas Eco pelotudísimas que sigan dándoles bola. Los "Yo me amo" no me van ni ahí...prefiero a los tipos sensibles, inteligentes, compañeros. Aunque la madre naturaleza no haya sido demasiado generosa con ellos: "Lo esencial es invisible a los ojos".
Los lindos están para mirarlos en un poster. Tampoco le pidamos peras al olmo!!!
Hasta la próxima y no te olvides de las películas, eh?

Anónimo dijo...

Nati.. sos genial!!!
No me canso de leer las terribles hisotrias que nos contás.
Aunque no me puedo sentir identificada con la última.. "que los hay, los hay"
A la espera de nuevas aventuras.
Dani (la hija de la frasca)

Anónimo dijo...

Jajajaja
Muy buenoooo!!!
¿Quien no fue alguna vez una ECO... ?
Algunas de nosotras antes de envejecer esperando nos conformamos con "algo" menos letal- :(
Pero si no somos ecos... somos sus mamas!!!
jaja

La tía Laura dijo...

A mí me cae bien Narciso, Nena. En este mundo en que la autoestima ha caído al galope como Rosaura con su hipogrifo violento, no vienen mal los que se mueren por amor a sí mismos. En cuanto a Eco... que se joda por estúpida... Yo antes de convertirme en eco por un hombre, le desfiguro la cara con un martillo al bonito. ¡Ni Güerrisi lo va a poder arreglar!
Besitos.
La tía.

Anónimo dijo...

UFA!!!!!

HASTA CUANDO TENDREMOS QUE ESPERAR!!!!!

LIDIA

Anónimo dijo...

UFA!!!!!

HASTA CUANDO TENDREMOS QUE ESPERAR!!!!!

LIDIA

Anónimo dijo...

¿Qué pasa con la buena pipa? ¿Se tomó vacaciones? ¡¡¡Dale, nena, ponete a laburar!!! Al final en el juicio van a alegar vagancia y tienen razón.
El abogado.

María Luz dijo...

¡¡¡Ay!!! ¡¡¡¡¡Me quede fuera de la "charla" con el que escribió el comentario en el que se criticaba una coma!!!!! Che... ¿Puedo decir "pelotudo"? No sería agresivo, aludiría al comentario... Sí, sí, ya sé. Se me nota el Gran Buenos Aires sur. En fin... Fue.
Me encantan los mitos, los viejos y los actuales. También yo fui, aunque sea una vez, Eco. Con respecto a la intervención de los dioses... ahora comprendo varias cosas o La buena pipa me quiere hacer sentir mejor.
¿Qué tenés contra las novelas brasileñas?
Incluíme a Cerbero en el próximo mito. Si al menos me hubiese topado con Orfeo...

María Luz dijo...

Oh no!!!! Lo notaron??? Escribí Incluime con tilde!!!! Qué horror!!