04 agosto 2008

La Cofradía del Ovario PRESENTA: "ALGO PARA RECORDAR" (porque estamos convencidas de que siempre es preferible haber tenido "algo", antes que "nada")

Después de desbarrancar con pañuelos descartables incluidos la semana pasada, quien escribe esta sección de la Cofradía del Ovario ha decidido olvidar el desarreglo emocional que la llevó a dejar en mis manos la edición del lunes pasado y ahora vuelve a tomar las riendas de la Cofradía (en el blog se comenta que la Buena Pipa la llamó a su escritorio y que la puso de vuelta y media entonces, no tuvo más remedio que apechugar, y salir al ruedo, dicen que los gritos de la Buena Pipa se escuchaban a unos cuantos clicks de distancia del blog); por eso los dejo en sus manos, a partir de aquí sigue ella.
La Cofradía ha decidido reestructurar (que no lo tomen a mal los miembros de esta organización que le tienen alergia a esta palabreja) algunas secciones para hacer más espacio (en entradas futuras encontrarán por ejemplo nuevas secciones y espacios de discusión) y ha creado hace dos minutos (fresquita fresquita… es más, lo que dura el párrafo anterior) el F.R.A., Fondo de Recuerdos Aleatorios para hacerle frente a los eternos olvidos voluntarios e involuntarios que van en contra de las grandes pasiones que podrían haber sido, de las que fueron y de las que apenas empezaron y se tomaron el olivo.
Queremos recordar todo en igual medida… ¡Basta de esa chantada de “a lo pasado pisado”! ¿O acaso estaba equivocado Francisco Luis Bernárdez cuando escribía en el único soneto que me acuerdo de él: “después de todo he comprendido que lo que el árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado.”? Recordemos todo: desde el abrazo de la mañana (no sabría decirles cómo es, pero me han comentado que es una de esas cosas que valen la pena), el avión que se va, el “no sos vos es… él que partió el coco”, el “pará pará no es así como parece” hasta el “dale, ¿nos jugamos?”…todotodotodo.
Estoy harta de todas las frases hechas en pos del olvido. Al carajo con eso de “un clavo saca otro clavo” o eso de “ojos que no ven, corazón que no siente”. Quiero convertirme en un ovárico paladín que luche contra el olvido, después de todo si en la literatura existe una Guardiana de la Memoria, por qué no en la vida real.
Por eso hemos creado este Fondo de Recuerdos, especialmente para aquellos que quieran depositar a plazo fijo los recuerdos que necesitan dejar a un lado para seguir respirando. De esta manera se aseguran que siempre estén ahí todas las historias que empezaron, las que podrían haber comenzado, las que se acobardaron y las que terminaron.
Y como no podía ser de otra manera, la Cofradía recurrió al cine para asegurarse un marco teórico de peso que justificara la creación de esta institución que lucha contra el olvido. Me senté otra vez en el sofá y con delicadeza saqué de la devedeteca un clásico de clásicos, tan clásico que dio origen a una remake (Affaire con Annette Benning y Warren Beatty) y a una película que lo usa como intertexto (Sintonía de amor con la blonda Meg Ryan , que en esta peli no tiene ningún orgasmo público como en “Cuando Harry conoció a Sally”)… ¡Sí, es ésa que están pensando (Empire State, tormenta, Deborah Kerr, Cary Grant) ALGO PARA RECORDAR!
Ni siquiera mi tía (que es capaz de olvidarse de respirar porque para ella es tan poco fahion como ir al baño) olvida esa escena memorable de ella hablando en el sillón SIN MOVERSE y él QUE NO SE DA CUENTA HASTA QUE VE EL CUADRO EN LA PARED.
El argumento de este clásico (1957) cuenta la historia de un hombre y una mujer que se conocen en un viaje en barco y quedan enamoradísimos como sólo pueden quedar Deborah Kerr y Mr. Grant en una película. Como cada cual tiene cosas por resolver, deciden hacerse la promesa de encontrarse en el Empire State (que es lo que ven al llegar en el barco a New York) unos meses más adelante. Saben que si uno de ellos no va, es porque continuó con su vida y listo: a otra cosa mariposa (como si fuese tan sencillo)… Bueno, lo que ocurre es que él llega esa tarde al Empire State y ella no, porque tiene un accidente que la deja en una silla de ruedas y él ni enterado. La vida los vuelve a juntar pensando que aquella historia fue nada más (ni nada menos ) que “algo para recordar” y en un dudoso “happy end” , él se da cuenta de por qué ella no llegó y ella dice esa frase MONUMENTAL cuando él le pregunta por qué la atropelló el auto: “Es que iba mirando hacia arriba, porque sabía que estabas ahí, esperándome.”
¡¡¡WOOOOOOOOOOOWWWWWWWWWWWWWWWWWWW!!! Al que pregunte por qué es un clásico… le hacemos el ritual del Ovario y lo condenamos a mirar culebrones venezolanos durante tres días consecutivos.
Todos tenemos algo para recordar como Deborah y Cary… ¡Pobre de aquel que no tenga recuerdos aunque sea… olvidados! ¿O me van a decir que no es preferible una buena cicatriz a no tener siquiera el recuerdo de una marca? ¿Quién puede querer (más allá de Michael Jackson que tiene un problemita serio) vivir en una carpa de oxígeno por miedo a que se le entrecorte la respiración? ¿Quién, quién, quién? Basta de paracaídas emocionales; se terminaron los salvavidas para relaciones tormentosas; no más airbag para la pasión.
Ya lo saben, si no pueden hacer como en la película y aguantársela, pueden traernos sus recuerdos que se los vamos a custodiar como los templarios al Grial; y cuando quieran recobrarlos… no sé…para contárselos a sus nietos o para echárselos en cara a alguien, vienen, presentan el recibito y listo, se los llevan en cajita con el moñito del color que elijan. Voy a comenzar yo y ustedes siguen el ejemplo en los comentarios (si es que los hacen):
Hace poco un arrebatador de labios me quitó de la boca un beso que yo no sabía que existía… eso también es algo para recordar…

Hasta la semana que viene y a sacar al sol los recuerdos, amigas de la Cofradía, nosotras se los custodiamos.

6 comentarios:

La tía Laura dijo...

"En el país de no me acuerdo, doy tres pasitos y me pierdo...",cantaba la preclara María Elena Walsh allá por los tiempos en que yo era MÁS chica... (esos tiempos en que los que reivindicábamos la distribución de la riqueza sabíamos perfectamente qué cosa era el campo y qué, la Sociedad rural...)
En fin, en un país con tan poca memoria, llamar al recuerdo es siempre una FIESTA porque no siempre a uno lo invitan a recordar, lo invitan a ELEGIR un recuerdo en esa telaraña que teje la memoria de manera caprichosa a lo largo de una vida... Muchas veces, los recuerdos nos asaltan (que no es lo mismo) o nos sorprende un déjà vu. Pero cuando uno elige qué recordar, cuando uno asalta los recuerdos (y no al revés), les da los colores que más le gustan (incluso el color sepia para alguna nostalgia feliz), percibe los aromas elegidos o huele las fragancias más exquisitas y selecciona las miradas que quiere volver a mirar... Por eso, el campo de los recuerdos es el campo de la imaginación, de la fantasía, el campo de la ficción...
A mí me pasa, por ejemplo, que nunca recuerdo nada de lo que DEBERÍA recordar... la fecha de un examen, el nombre de mis alumnos, la biografía de algún autor… pero me pierdo permanentemente con insignificancias del pasado que elijo para colgarme un rato y volar: un sonido gutural, un olor a galletitas Merengadas leyendo Mujercitas en la terraza de mi tía Inés o un planeta adonde iba a tocar la guitarra con uno de mis abuelos, que era cura y que se murió antes de que yo naciera… Recuerdos que, quién sabe si ocurrieron tal como los recuerdo en realidad… Tampoco me importa porque... después de todo, quién carajo puede asegurar qué cosa es la realidad...
Por eso, siempre hay ALGO PARA RECORDAR: el que no tenga ese ALGO, señores, o está muerto o se dejó llevar por lo que le enseñaron en la casa y en la escuela…

¡Ay, Nati, la tía se puso nostálgica! ¡Qué insoportable!
¡Pero es mortal el tema de hoy, Nati!

Me despido con una sugerencia para los que, como yo, conviven con el síndrome de Korsakoff: ¿Alguien leyó "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero" de Oliver Sacks?

Anónimo dijo...

mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
Yo siempre me acuerdo donde dejé las llaves pero igual no las puedo encontrar......(¿Se entiende el mensaje?)

el separatista.

razondelgusto dijo...

Recuerdo a mi mamá peinándose delante del espejo del baño y la impresión de que el reflejo le era infiel.
Recuerdo la vieja radio tocando tangos todo el día en la carnicería de mi papá.
Recuerdo la mano de mi hermana aferrada a la mía cuando la pasaba a buscar por el aula de primer grado.
Recuerdo una playa en invierno en mi primera escapada romántica y una canción de Charly en la cabeza (yendo de la cama al living... por que me tratas tan bien me tratas tan mal...)
Recuerdo el calorcito de las manitos tibias de mis hijos aferradas a mi cintura cuando los llevaba en bicicleta en la sillita de atrás.
Recuerdo la ruta al sur en dos autos con amigos como la caravana de la perfecta felicidad.
Recuerdo la sonrisa de Agustina y los ojitos de aprender como lo más lindo que me pasó en mi oficio de abrir las ventanas de los libros.
Uy, mejor cierro por hoy el chorro de los recuerdos, porque me di cuenta de que tengo tantos y tan lindos y tan vívidos, aún los otros, los tristes que no pongo por pudor, son míos y me representan tanto o más que los felices.
Gracias Nati por haberme invitado a convocarlos.
Los deposito, confiada de que no habrá ningún siniestro corralito, en el Fondo de Recuerdos Aleatorios.

María Luz dijo...

"Gozo" de buena memoria... Gran mentira. Es útil y ético, pero de gozar ni hablemos.
En fin, tengo capacidad para recordar. No soy la guardiana de la memoria, claro. Casi todos nosotros conocemos a las dos (la de la literatura y la de la vida real, quien vive en el conurbano bonaerense). Pero, como me encantó el FRA, ahí voy con dos o tres.
Hace no tan poco: el enamorado que deja a la mujer amada justamente por eso, porque la ama... ¿? (las razones para separarse parecen tantas...). Hace menos: el que imagina una vida futura conmigo, pero no sabemos qué vida.
Estos dos (entre otros) me hacen reír. El próximo me hizo sonreír/reír siempre (no sé si sonrío muy seguido ante cosas lindas; si vale le pena, me río directamente).
Un citroen (un 2CV... 3CV como máximo, claro) que volaba entre las estrellas, tripulado por mis hermanos, mi hermana y yo y que, siempre, después de diversas peripecias, aterrizaba cada noche con todo éxito en el mismo lugar de donde había salido: los labios de mi viejo.
PD Como no intervine las últimas semanas y la tía Laura (entre otras firmantes) critican cuando alguien firma cosas viejas... Como Zimmerman no alude a "a moco tendido", no tengo bibliografía desde la cual contribuir a la problemática semántico-sociológica.
Lo lamento

Anónimo dijo...

Siempre recomiendan no olvidar y suena lógico en teoría, no cometer los mismos errores y si el recuerdo es bonito, llevarlo siempre con nosotros... pero sinceramente, hay cosas que me encantaría poder olvidar, y decir esto no paso nunca!!! papelones, traumas o cosas que accidentalmente tuvimos la desgracia de ver... entonces, poder apretar la tecla delete y hacer un backup solo de los lindos recuerdos. Aunque, con humor, los malos recuerdos se pueden transformar en una anécdota muuuuuuuy divertida para contarla entre amigos! en fin, no tengo la menor idea de lo que estoy escribiendo... jajaja pero eso si, es mas lógico que lo de "el separatista"

Genial como siempre. Besos. Cristián.

P.D. Arrebatadores? me suena a una de piratas!!! jajajja

DD dijo...

Excelente el diagnóstico. Yo creo que estamos pasando una etapa de transición, entre esa escuela que fue, y que se encargaron de destruir y en los 90 le dieron el tiro de gracia, y otra nueva que será el fruto de lo que hagamos todos ahora, para armar una escuela para estos adolescentes que tambien buscan algo que nadie les puede decir donde está.