17 septiembre 2008

La Cofradía PRESENTA: "COMO PENÉLOPE" (¿En qué punto tejés tu paciencia? ¿Con qué agujas? ¿Con dos o al crochet?)

"…y se quedó con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón , sentada en la estación.” (El Nano, obvio)
Todos tenemos ese segundo de estupidez que nos teletransporta a un pasado que es idílico solamente porque es pasado, pero que nos instala en los ojos una melancolía de aquellas. Esa milésima parte del día en la que se nos desarma el piso que construimos baldosa por baldosa en mil y una noches de insomnio. Perdemos el eje, se nos cae la estantería; en otras palabras: nos vamos al carajo.
Es así, no hay dudas, la Buena Pipa mete las narices hasta en los mitos y los mitos como éste, el de Penélope, usan mi almohada, se delinean los ojos con mi make up y me miran con los bucles alterados desde el espejo del botiquín del baño.
Entonces uno cae irremediablemente en cámara lenta, pero el piso no llega nunca. Esperamos el golpe en la espalda que nos haga perder el aire y nos obligue a respirar con aire nuevo; pero no, el tema es caerse en estas cuestiones, y no llegar al suelo. Por eso nos parece que “tal vez no nos vamos a caer”, “tal vez cambió y nos aguarda detrás para sostenernos”Sísísísísísí… eso es tan probable como que los peces vuelen en bandadas y las ranas sean príncipes esperando nuestro beso. ¡Basta de boludez, estrógenos! Si no, vayamos a la fuente de la psicología humana y revisemos la mitología. Porque en situaciones como ésta, el diccionario de mitología se arroja del estante y hace un salto al vacío para caernos en la cabeza y abrirse justamente en la historia de Penélope para que tomemos nota y salgamos al sol.
La Cofradía leyó el mito de Penélope y decidió no reproducirlo completo (con años, fechas y esas cosillas) por prescripción médica, pero se quedó con algunos datos que pueden ayudarnos en esta campaña solidaria de tirar a la mierda las agujas, dejar de tejer, dejarse de joder y levantarse de la silla.
Parece que Penélope era la esposa de Ulises, con quien había tenido un hermoso hijo llamado Telémaco. La pobre mujer se quedó esperando al marido que viajó para traer de vuelta a Grecia a la mujer de otro (Menelao), Helena, que se había querido ir con Paris a Troya a pasarla bárbaro detrás de las murallas de la ciudad. Diez años tardaron en regresarla a Grecia pero el pobrecito de Uli, tuvo ciertos inconvenientes (le faltó decir que iba a comprar aspirinas y volvía, pero no pudo hacerlo porque todavía no se había inventado la aspirina) y tardó otros diez añitos en volver a Ítaca, su reino, en el que lo esperaban Penélope y Telémaco que había dejado los pañales y ya tenía más barba que Papá Noel mal afeitado.
Nadie necesita un ábaco para saber que fueron 20 los años que Penélope esperó el regreso de Ulises mientras él estuvo un año “preso” de la bella Circe en una isla, y otro tanto “retenido” contra su voluntad por una ninfa curvilínea que se había encaprichado con él…Pobechito, Uli… ¡Las cosas que tuvo que aguantar! Y mientras tanto, la pobre Penélope con todo un archipiélago de cuernos en la frente tejía y destejía la mortaja de Laertes (el padre de de Ulises) para evitar que los hombres que querían el trono de su marido, la desposaran.
Sí. Totalmente. Es lo que están pensando… ¿Una mortaja tejía? ¿Nunca una colcha como Tita en Como agua para chocolate? ¿Una alfombra? Naaaaaa, una mortaja para el padre del imbécil que hacía veinte años que estaba volviendo. Además, ¿me van a decir que ninguno de los pretendientes estaba bueno como para volver a fundar Ítaca y al diablo con la lana?
Resumiendo, porque esto ya me está afectando: Ulises logra volver con ayuda de los dioses y recupera el trono, mata a los pretendientes y vuelve a los brazos de Penélope. El mito termina ahí, palabras más o palabras menos; pero yo tengo un problema (tengo varios pero no los vamos a discutir ahora) con los finales: no resisto la idea de pensar qué pasa detrás del The end. Es un tema porque todas las historias quedan abiertas para mí y al final del día, depende de lo que haya leído o la cantidad de películas que haya visto, tengo el balero congestionado de historias inconclusas y cuando me voy a acostar ni el té de tilo de mamá me salva del jardín de boludeces que siembro en el techo de mi cuarto. Porque, debo confesarlo (y más de una mientras lea esto también lo hará) YO FUI PENÉLOPE.
Ahaahaahaahaahaaha, sí sí sí, y no me vengan con eso de “a mí nunca me pasó” porque no les creo nada. Así que aquí me planto, asumiendo que fui Penélope y me la banco (bah… ya no me lo banco más, por eso lo cuento)
Eran las tres de la tarde de un verano de veinte años cuando empecé a “tejer”. Mi “Ulises” fue y vino. Regresaba a mí cada vez que cambiaba de “isla” y yo a veces cambiaba el punto del tejido (unas veces Santa Clara, otras Jersey, en ocasiones punto Arroz, pero casi siempre PUNTO CRUZ) y lo esperaba. Otras veces, yo seguía ahí, inútil como un faro roto, pero parada esperando un barco que siempre elegía otro puerto... porque sí.

No llegué a los veinte de Penélope pero durante años fui diván, madre, hermana, amante, fui la mujer de la vida de mi Ulises, la que más le duró pero a la que jamás eligió. Fui casi omnipresente pero jamás estuve presente y tejí tanto y perdí tanto tiempo contando los agujeros de los hilos sueltos que me quedé "como Penélope" y no se lo recomiendo a nadie. Hasta que un día me di cuenta de que si Penélope tejía la mortaja de Laertes, yo estaba tejiendo la mortaja de mi género y tiré las agujas a la mierda.

Basta de espera, basta de creer que “querrían estar con nosotras pero nos respetan demasiado como para condenarnos a un tipo como ellos” ES MENTIRA, les encanta tener brujas como Circe (aunque sin tanto chàrme) que les rompan las bolas y les conviertan los amigos en cerdos, o a ninfas ninfómanas que los esclavicen para poder victimizarse….¡Con nosotras, las pobres pelotudas Penélopes del subdesarrollo! Nosotras somos la meta para ellos, pero nunca el camino, ni siquiera una excursión. Somos aquellas que no son esposas, pero seguramente serán las viudas; no juramos estar con ellos en la salud o en la enfermedad pero es factible que terminemos curándoles las heridas; no somos nada y somos las mujeres de su vida… Paren paren… ¿De qué vida? Nononononononono, basta de Mujeres Penélope, basta de responder mensajes de texto o llamados telefónicos anacrónicos. No les demos cabida, porque la espera sin sentido es una maldición a la que sólo le supo poner poesía Serrat en “Penélope”, lo demás , sobra, amigas…créanme: SOBRA.

Tarea para el fin de semana: dejar de esperar, tomar el toro por las astas y no tocar una aguja ni por casualidad.

¡Ayayayayayayayayay! No hay caso, me está pasando lo mismo de siempre. No puedo dejar de pensar en Penélope después de que Ulises volvió. ¿Habrá sido feliz? ¿Le habrá gustado como antes? ¿Se habrá conformado y no se lo confió ni a Heródoto? ¿Se habrá quedado Ulises o su destino migratorio lo habrá obligado a buscarse otras hazañas?

No aprendo más, che. No aprendo más: ¡LOS FINALES NO TIENEN SEGUNDAS PARTES, NENA! SI TERMINAN BIEN, NO TERMINAN.

Ya lo saben: si ven venir en picada al Ulises que les haya quedado en algún cajón al lado de un papel viejo de chocolate Tofi o un boleto de tren…. ¡HUYAN! Búsquense un apolíeno héroe de carne y hueso y dejen que el otro se rompa los cuernos con la bruja que haya elegido cuando debería habernos elegido a nosotras, aunque más no sea para que le dijéramos que NO.

¡Nos vemos la semana que viene!

9 comentarios:

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

"No eres quien espero", le dice la Penélope del Nano al hombre que regresa a destiempo… Porque la verdad es que no hay nada más patético que el hombre que regresa a destiempo. Seguramente Ulises volvió gordo y pelado, reumático y con las rodillas inflamadas, con los calzones con un olor a huevo infernal y con una intoxicación por viagra que ni les cuento. ¿Quién quiere, en el fondo, que, en realidad, regresen? Creo que la cuestión no consiste en no esperarlos más (está bueno eso de mantener en el ideal al hombre que nunca será del todo nuestro), la cuestión es hacer que no regresen nunca para que no nos arruinen la fantasía y porque lo más probable es que el tan ansiado regreso nos deje con una mueca de asco y con un vacío sideral más denso que agujero negro después de la radiación de Hawking.
Eso sí, chicas, mientras esperamos, mientras tejemos y destejemos (je) vayamos probando un caramelito por aquí, un bomboncito por allá… y vivamos la espera con fantasía pero sin boludez. Que el verso de la pobre mujer que espera a su hombre tejiendo durante el día y destejiendo durante las noches se lo crean los masculinos creadores de mitos. Brujas sí; boludas, no.
Después de todo, solamente un gil como Ulises puede creerse el verso de que Penélope destejía durante las noches… ¿O no?

Muy bueno, Nati, como siempre.
Besito.

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

"No eres quien espero", le dice la Penélope del Nano al hombre que regresa a destiempo… Porque la verdad es que no hay nada más patético que el hombre que regresa a destiempo. Seguramente Ulises volvió gordo y pelado, reumático y con las rodillas inflamadas, con los calzones con un olor a huevo infernal y con una intoxicación por viagra que ni les cuento. ¿Quién quiere, en el fondo, que, en realidad, regresen? Creo que la cuestión no consiste en no esperarlos más (está bueno eso de mantener en el ideal al hombre que nunca será del todo nuestro), la cuestión es hacer que no regresen nunca para que no nos arruinen la fantasía y porque lo más probable es que el tan ansiado regreso nos deje con una mueca de asco y con un vacío sideral más denso que agujero negro después de la radiación de Hawking.
Eso sí, chicas, mientras esperamos, mientras tejemos y destejemos (je) vayamos probando un caramelito por aquí, un bomboncito por allá… y vivamos la espera con fantasía pero sin boludez. Que el verso de la pobre mujer que espera a su hombre tejiendo durante el día y destejiendo durante las noches se lo crean los masculinos creadores de mitos. Brujas sí; boludas, no.
Después de todo, solamente un gil como Ulises puede creerse el verso de que Penélope destejía durante las noches… ¿O no?

Muy bueno, Nati, como siempre.
Besito.

razondelgusto dijo...

Penélope y las criadas... sabías, Nati que cuando volvíö Odiseo a ïtaca, a las damas de compañía de Penélope las mandó a ahorcar , en hilera, de una soga tensa. Pájaros inermes. Ellas, que acompañaron el sufrimiento de su señora y tenían tantos secretos...
Siempre me pareció siniestro ese Ulises: mentiroso, acomodaticio, en fin, un sorete.
Sí, yo también me pregunto que habrá pasado en la intimidad, porque después de veinte años, ese hombre que se fue es un perfecto desconocido, no basta reconocerle la cicatriz.
Son historias que se inventó el discurso patriarcal de Occidente para mantenernos modositas, sumisas y a la espera.
La pobre Penélope del Nano se volvió loca, se le quemó el fusible de tanto esperarlo y eso no vale. Adhiero a la Buena Pipa de esta semana... Amigas de la Cofradía, no hay hombre que valga que lo esperemos ni siquiera una semana porque ellos no son capaces de esperarnos quince minutos a que entremos a preguntar por el precio de unos zapatos!!!
Besos y qué bueno que volviste... se te extrañaba.
Saludos a la lejana.

Anónimo dijo...

JAAAAAA..... Por fin Nati!!!

Esto de esperar tanto ya no me esta gustando... jaja

Por supuesto todas tuvimos a nuestro Ulises..
El mio nunca llegó a ser nada, es más yo creo que nunca me registró siquiera..
pero yo hubiera tejido cualquier cosa por esperarlo... y eso que odio tejer!!!
Despues de 20 años el destino quiso que se cruzaran nuestros caminos..
A diferencia de los que dice la tia... estaba tan fuerte como en su adolescencia... pero!!!! puaggg... no fue solamente la edad lo que se le habia duplicado.... se le duplicó el ego...
INSOPORTABLEEEEE
Imaginen a un pelotudo diciendo...
"Seguro que me conocés, yo soy Guillermo C..., todas las pibas del colegio estaban enamoradas de mi!!
Que bonito mi Ulises!!!

lafrasca

María Luz dijo...

No conozco ningún Ulises.

María Luz dijo...

Sí, Sí, Sí!!! También tengo algo de Penelope, pero, aun sin conocer a La reina u otra... no dediqué todas las noches a destejer...
Eso es lo que más desconcierta a mi Ulises cada vez que va y viene, (ni siquiera tiene mucha certeza de que teja de día)

María Luz dijo...

¿Nueva versión del mito?

La tía Laura dijo...

Claro, yo estoy de acuerdo un poquito con la reina y otro poquito con Otra. Aunque el comentario de la reina me parece un tanto histérico porque, en definitiva, con lo que dice le da la razón a Freud cuando dice que la histeria es típicamente femenina. Pero algo de razón tiene...
Para mí está bien que vuelva de vez en cuando para alimentar la fantasía porque cuando aparecen de vez en cuando vienen perfumados y con boxers nuevos... Pero eso sí, ¡que no vuelvan para quedarse y para hacerse cargo del control remoto!

¡Tan bien que la pasamos tejiendo y destejiendo!

Besitos.
La tía.

La tía Laura dijo...

Ahora... y cambiando de tema...
Entre la reina que está con Parkinson y clickea dos veces en Publicar comentario y la Otra que está con delay y se acuerda cada dos minutos de algo que se olvidó de decir...
mmmmmmmmm ¡me parece que entre tus admiradoras no hacemos una!

Más besitos.