30 septiembre 2008

La Cofradía del Ovario PRESENTA: "LA NOVICIA REBELDE" (para darle un respiro al alma)

Todavía me acuerdo que, contra todos los recaudos psicológicos, cuando era chiquita y me sentía mal, mamá se acostaba al lado mío en la cama y me ponía la mano en la frente mientras me decía que estaba todo bien y que me durmiera, que el sueño aliviaba cualquier dolor. Después crecí y me tocó hacer lo mismo con mi hija, como una especie de tácito legado de manos mágicas. Pero lo cierto es que hay veces en las que extraño considerablemente, ya no digamos la vida intrauterina, pero al menos esos momentos en los que me alcanzaban los cuentos de mamá para dormir.
Es que uno va creciendo y la fantasía deja de tener, en el cuerpo y en el alma, ese efecto balsámico que antes nos quitaba de cuajo el dolor de panza o alejaba cualquier pesadilla.
La redactora de la Cofradía no ha tenido un buen lustro y está bastante experimentada en noches insomnes ramificando pelotudeces con las grietas del techo, así que cuando me vio medio contrariada a causa de una sobredosis de memoria emotiva, me recetó (ella es como una especie de Galeno del alma, pero con mejor caligrafía y definitivamente con mejor tino) una sesión de DVD en el sofá de la Cofradía. Me sentó en el sillón, echó al gato, me preparó un té de tilo y manzanilla (que no cura el alma, pero la engaña), me dejó un chocolate con almendras al alcance de la mano y sacó de un cofre cerrado bajo siete llaves, un DVD que acarició como se acarician los sueños viejos: con los ojos tristes y la sonrisa a medio terminar. No me dijo nada y dejó que el reproductor de DVD’s lo dejara entrar; después se fue (creo que sonreía cuando me dejó a expensas de la película en el living de la Cofradía)
De pronto desapareció el sofá, el té de tilo (sólo logré salvar del borramiento de los límites de la ficción, el chocolate con almendras porque habría sido sacrílego dejarlo a merced del gato, de este lado de la realidad) y en un parpadeo estaba sentada en una colina de pasto bien verde mirando a una cuasi monja que corría a buscar el velo que había olvidado, mientras las campanas de la Abadía de Salzburgo sonaban a destajo.
La vi entrar en el convento; la vi salir temerosa de la tarea que tendría que emprender extra muros. Ella no me vio al lado de la reja cuando miró hacia adentro y dijo (ahora esta frase es mi lema, amigas de la Cofradía) “Cuando Dios cierra una puerta en algún lugar abre una ventana” (desde entonces busco aunque sea algún ojo de buey que me deje asomar la cabeza)
Volví a parpadear y estaba solfeando “DO RE MI” mientras saltaba y bailaba (sí, es ficción, así que YO BAILABA POR SALZBURGO y…. lo hacía realmente bien) en las calles del pueblo, vestida con una cortina vieja que me quedaba mejor que esa remerita de Ona Sáez que me ve pasar por la vidriera desde hace una semana.
Después me escondí en la glorieta del parque cuando el Capitán Von Trapp le decía a María que la amaba y que había mandado al demonio a la baronesa con todos sus millones para quedarse con ella; y no pude dejar de pensar que era una boluda por ponerse a cantar que “algo bueno debía haber hecho en su niñez o juventud” cuando el pobre tipo le iba a comer la boca muerto de amor.
Ayudé a las monjas a destrozar los motores nazis y me mandé una hard treking por los Alpes para cruzar la frontera y evadir a los alemanes que ya habían tomado Austria.
Parece que ya estaban pasando los créditos cuando me sacó del trance hipnótico la redactora de este espacio y me dijo: “¿Y? ¿Qué tal el tratamiento?”; yo respondí absorta todavía por la sensación de tranquilidad que tenía en el cuerpo: “¿Qué me diste? ¿No genera acostumbramiento, no?” y ella (muerta de risa, es linda cuando se ríe) “Te di una dosis completa de LA NOVICIA REBELDE.
Yo había oído nombrar aquella película de 1965 con Julie Andrews y Christopher Plummer, que era la preferida de mi abuela, pero no había experimentado el efecto balsámico que “El sonido de la música” (tal es su título en inglés) podía generar en los corazones complicados…
cuandoDioscierraunapuertaenalgúnlugarabreunaventana… enalgúnlugar enalgúnlugar enalgúnlugar… PERO EN QUÉ LUGAR.
La redactora de la Cofradía me dijo que me dejara de joder y saboreara el gusto que deja en la memoria una historia como la de Freulain María y el Capitán Georg Von Trapp en una mítica Austria de finales de los cuarenta, cuando los hombres eran como el Capitán, la palabra “ex” era simplemente un prefijo latino y cuando recordar “las cosas favoritas” hacía sentir mejor a la gente que no necesitaba el Clonazepan para dormir ni calmar los ataques de pánico (que, por cierto, en aquella época, se limitaban a las reacciones al ver la última de Bela Lugosi en el continuado de los sábados)
Me sentía mejor; era cierto. La Novicia Rebelde me había hecho tan bien como el príncipe cuando rescataba a Blancanieves y la sacaba de la caja de cristal (que yo siempre me imaginé empañada porque no podía concebir que la muchacha no respirara) las veces que mamá lograba terminar el cuento completo sin ponerle el final de Cenicienta (durante años pensé que la loca por la limpieza era Blancanieves y que Cenicienta iba de cama en cama sorteando enanos)
Por eso, miembros de la Cofradía y amigas de la Progesterona, si les han apaleado el alma; si no encuentran (como Max Sheller) su puesto en el cosmos; si ven con cariño la idea de pernoctar en Urano (en Plutón no, porque es un planeta enano, si nos vamos a ir al carajo que sea con altura), si compartieron una sala de espera con dos “ex” toda una tarde hablando de bueyes perdidos con sus actuales parejas; si no encuentran una condenada rendija en la jaula para escrutar y salir (gracias Almafuerte) si no se dan por vencidas ni aún vencidas; si piensan que lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado y si están convencidas de que “ser una diva, duele”, alquilen La Novicia Rebelde y mírenla hasta que tarareen “Climb every mountain” y caminen por la calle pensando que están por llegar a la frontera suiza.
“…cuando me siento triste, yo sólo recuerdo mis cosas favoritas y ya no me siento tan mal…” Nooooos vemos laaa semana queee vieneeee…

7 comentarios:

razondelgusto dijo...

Qué lindo... me recuerdo por esas callecitas sacándonos tontas fotos para mostrártelas a vos. A un año de la experiencia me parece más ficción de la propia película.
Me quedé enternecida y pelotudísima, por la cofradía de hoy y por los lindos comentarios de la buena pipa pasada.
Un beso primaveral a todas y para vos Nati,la canción de mis cosas favoritas cantada a coro junto al niño eterno que se inmoló aquella vez cuando te regaló el disco para tu cumpleaños...

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

Bueno, bueno, bueno... Esta vez la tía se ha quedado sin palabras porque la onda nostálgica la puede más de lo que ella misma se permite. Así que me ha tocado escribir a mí (a esa boba la pierden las emociones...)
Yo particularmente vi ¨La novicia rebelde¨ unas doce veces cuando era chica; la turnaba con ¨Mary Poppins¨ (con la misma actriz y el fantástico Dick Van Dyke) y con ¨Ana y el rey¨ (con el hermoso Yul Brynner y creo que Deborah Kerr). Eran para mí verdaderos momentos de gloria. Creo que gracias a esas películas hoy disfruto tanto las buenas comedias musicales (Aprovecho para recomendar a las queridas miembras de la cofradía ¨Mamma mia¨ con la extraordinaria
Merryll, que ya no sabe qué hacer para sorprenderme y desatar mi admiración incondicional)
Bue, ya parezco la tía Laura yéndome por las ramas...
Lo que, en realidad, les quería contar es la gran decepción que tuve cuando sumamente emocionada, senté a mis hijos frente al televisor cuando tenían entre 9 y 11 años para que disfrutaran de las películas de mi infancia... Fue decidamente desencantador: Recuerdo sus ceños fruncidos, sus caritas de gran embole y sus ojitos que, por momentos, me miraban hasta con lástima... Lautaro diciéndome: ¿De dónde sacaste esta porquería?; Manuela, menos frontal, sin prestar la más mínima atención al supuesto embole, cantando una canción cuya letra no se entendía en absoluto y bailando una rara coreografía que nada tenía que ver con los bellos acordes de ¨chim chimenea chim...¨ ¡Qué decepción! Todavía hoy mis hijos me cargan por la tan poco feliz ocurrencia...
En fin, creo que ya las disfrutarán, que esas películas aguardan silenciosas el momento de llegar a las almas, son películas que saben esperar, como el tango... y pienso que tal vez repitiera yo entonces la expresión desencantada de mi abuelo cuando yo fruncía la nariz frente al wincofon en el que me hacía escuchar tangos: ¨No te preocupes, nena¨, me decía, ¨el tango te espera¨
Y si no es así, si nunca llegaran a disfrutarlas, ya me reiré yo cuando sus hijos repitan sus propias expresiones cuando quieran mostrarles para que las disfruten ¨Volver al futuro I,II y III¨... (Un hombre es todos los hombres, el tiempo circular, etc, etc, etc)

Bueno, Nati, me encantó la cofradía de hoy... Seguiría escribiendo, pero voy a ver si la atiendo a la tía que se quedó con la nostalgia en la mirada, tal vez yo también deba sacar al gato del sofá e invitarnos a ver una vez más ¨La novicia rebelde¨ para escaparnos todas juntas por los Alpes y escapar, una vez más, de los terribles nazis.

Anónimo dijo...

Mi querida Naty..
Me dejaste sin palabras..
Hace mucho tiempo que no recordabe esa película.
Desde que mis hijos eran chicos, la preferida en casa fue Mary Poppins, a diferencia de Manuela y Lautaro a mis hijos les encantaba.. y todavía de tanto en tanto la vuelven a ver...
No recuerdo de compartir con ellos la novicia revelde... tendré que hacerlo!!!!
Hoy la cofradía me ha puesto nostálgica...
Muchas gracias...

Lidia

María Luz dijo...

Lo mejor (y lo pero) de la memoria es que escribe la historia. (Por eso la tía tiene el look que tiene... No tiene memoria!!! ¿O creyeron que era spinning?)
Yo, de la niñez y la adolescencia, recuerdo mucho más mis libros o mis discos que mis películas, pero no olvido esta (ni Ana y el rey... aunque prefiero al oriental de El amante de la remake de Jodi Foster).
Me encantó, Nati.
La fantasía es parte de la realidad.

María Luz dijo...

Dice Nati que el protagonista de El amante no es el actor de Ana y el rey (versión Foster). JAmás me atrevería a contradecirla. Entonces me gustan los dos. Para qué negarlo.

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

Claro que no es el mismo actor. ¡Hasta la tía que no tiene memoria pero tiene el culo bien musculoso por el spinning(ja)sabe que no es el mismo actor!
Para orientales, convengamos que el japonés de El último samurai no está nada mal. ¡Pero al traste del de El amante... no hay con qué darle! ¡Ahí nacieron todas mis fantasías con los chinos!¿Se acuerdan cómo la bañaba? Los tiempos chinos... los tiempos chinos...
Besitos.

Analía Pinto dijo...

¿Qué hay que hacer para pertenecer a la Cofradía? ¿Hay algún ritual de iniciación? Me encantó este blog y somos coterráneas, Mujer marca ACME, yo también soy de Quilmes! Te invito a mis rinconcitos, en especial a este: http://matrizdepoemas.blogspot.com y te dejo un abrazo, una felicitación y un chocolate semiamargo, ja ja!

AP
chica_rumiante