24 septiembre 2008

La Buena Pipa y los Servicios de Auxilio Mecánico

Vamos a intentar pronunciar juntos la palabra “AUXILIO”: “Au – xi – lio”. ¿Se complica la “x”, verdad? Pedir auxilio es ya de por sí estresante. Uno pide auxilio en una situación límite, desesperante, extrema. Bueno, si esto es así, a ver si me explican a quién cuernos se le ocurrió que en nuestro arbitrario Sistema de Lengua la palabra necesaria para expresar la desesperación y el pedido de ayuda lleve una consonante que es casi un díptico formado por dos sonidos (uno oclusivo y otro sibilante)... En cristiano: la “x” suena como “ks”; sería entonces “auksilio” lo que pedimos pero… ¡Qué rebuscado, señores!
Seguramente el Sistema de Lengua, no tiene auto, ni se mete al mar, ni se cae en pozos ciegos, ni siquiera se mira en el espejo cuando se prueba la ropa de verano del año pasado. Nonononono, el Sistema de Lengua dispuso que “auxilio” era lo indicado en casos de necesidad desesperada y así nos quedamos. Porque si lo pensamos bien, no sólo es terrible estar en una situación límite sino que también se complica pronunciar la palabra necesaria para hacer efectivo que alguien venga a darnos una mano cuando, por ejemplo, intentamos vaciar la cocina inundada con un sorbete y un paquete de Carilinas.
Pero dejemos a los lingüistas pelearse acerca de la arbitrariedad del Lenguaje, destrozando a Saussure y vayamos al tema de hoy en El cuento de la Buena Pipa: los servicios de AUXILIO mecánico, que poco tienen de “auxilio” y menos de “mecánico” porque se reducen a un transporte de autos que fallecieron en la vía pública sin más síntoma que el simple hecho de apagarse. La Buena Pipa elige siempre sus mejores momentos para hacer su entrada triunfal y casi siempre estos coinciden con nuestros más terribles y aciagos instantes.
Esa mañana llovían sapos abrazados de a ocho, el limpiaparabrisas del auto no alcanzaba a dar la vuelta para un lado cuando el baldazo llegaba desde el otro, las calles habrían servido para hacer raffting. Sin lugar a dudas, era preferible un Kayak a un auto, porque no conozco autos anfibios y al mío todavía no le encontré una puta branquia. Los que me conocen saben que tengo desde pequeña un problema con los paraguas, así que OBVIAMENTE, no llevaba uno en el auto. ¿Para qué si iba en coche? ¿Qué sentido tenía llevar un paraguas si en una corridita estaba adentro y en otra estaba afuera del vehículo? Errorerrorerrorerrorerrorerror, si uno tiene propensión a ser marca A.C.M.E., conviene subir al auto con piloto, botas de lluvia y equipo autónomo porque uno nunca sabe cuándo mierda se le va a quedar el coche en mitad de la calle sin previo aviso.
En la radio sonaba “Resistiré” en una versión del "niño" Raphael ( que sólo es superada en cursilería por “Noelia Noelia Noelia” de Nino Bravo)que daba pena y yo la tarareaba de manera patética cuando el auto en un estertor último se frenó en seco. En principio no me desesperé. Dejé que la inercia lo acomodara cerca del cordón de la vereda y me di a la tarea ingrata de suponer qué carajo había pasado desde el interior del vehículo porque el temporal tenía ahora su epicentro sobre mi auto. Valores normales en el tablero, nafta, batería, todo como debía estar. Sólo quedaba una posibilidad: la Buena Pipa se estaba preparando para su show y como siempre me había elegido como anónima protagonista de su comedia absurda.
Y así fue, entré como un equino al que le abren la tranquera en el cuento de la Buena Pipa y los servicios de auxilio mecánico. Recordaba la canción que había estado escuchando y me parecía una bofetada ahora aquello de “Resistiré erguida frente a todo, me volveré de hierro para endurecer la piel”; en realidad yo necesitaba volverme de nylon para “impermeabilizarme la piel” porque no quedaba otra más que salir del coche y mirar el motor.
El primer momento fue terrible porque la lluvia estaba acompañada de un frío de esos que entran sin permiso debajo de las mangas del suéter y se te instalan cerca de los codos hasta que alcanzás el “Punto Aspirina”; pero lo cierto es que, como suele ocurrir en estos casos, el motor se transforma en un teorema que ni Einstein podría descifrar y nosotros nos pasamos un buen rato viendo si no hay algo suelto cuando ni siquiera sabemos qué tendría que estar conectado y... dónde.
Empapada, volví al auto a llamar al servicio de auxilio mecánico del seguro. La Buena Pipa suele ser a veces, como una Mamushka rusa, hay una dentro de otra y eso pasó, porque al auto varado en medio de la tormenta, se le sumó el contestador del seguro que me decía que todos sus operadores estaban ocupados que intentara más tarde y después una grabación me contaba la cantidad innumerable de servicios extras que tenía mi seguro como por ejemplo la asistencia inmediata de remolques y grúas para trasladar autos. Aquello puso a prueba mi fe, que, (confieso) se mojó casi tanto como mi campera y cuando se secó, se había achicado bastante.
Seguí marcando hasta que el celular empezó a mostrar el iconito de batería baja… la Buena Pipa se estaba pasando de la raya. Una hora después de haber comenzado a llamar, una voz humana me tomó los datos y me anunció que tardaría una hora el remolque en llegar a donde yo estaba. Me juré que al salir de ahí, me dedicaría a romper uno a uno los diez mandamientos (cosa que no cumplí… simplemente porque todavía tengo problemas técnicos con algunos y éticos, con otros), y esperé. Por fin, dos horas después, vi que llegaba el remolque. Me bajé (no piensen que la lluvia había parado, todavía diluviaba) y le di los datos al encargado que subió el auto, no sin antes preguntarme: “¿Y? ¿Qué pasó?"; y yo: “Se paró” y el pelotudo, fiel a su género que me pregunta: “¿Le pusiste nafta?” y yo: “Ah, ¿lleva nafta?, PENSÉ QUE FUNCIONABA CON RIMMEL, IMBÉCIL”. Es ridículo que la batalla sexista salga a relucir hasta en situaciones como éstas en las que sólo debería existir el concepto de ASISTENCIA a un pedido de AUXILIO. Una vez arriba del camión (al que tuve que treparme porque nadie te ayuda a subir) le doy la dirección del mecánico al tipo y me mira con cara de “no manejo el coreano antiguo, seguí participando” y me dice: “¿Cuál es Velez Sarfield?” y yo: “Una después de Urquiza” y él, después de una pausa dramática: "¿Cuál es Urquiza?”
¡¡BASTA, PLANTO BANDERA, QUE SE HAGA CARGO OTRO DEL AUTO, DE LA LLUVIA, DE LA BUENA PIPA Y DEL BOLUDO DEL REMOLQUE!! Sin embargo, tragué saliva y le expliqué cómo llegar al mecánico. Dejamos el auto y yo me volví a casa caminando porque remolcan autos pero no personas y mientras me escurría los cordones de las zapatillas iba sacando las cuentas de lo que me iba a salir el “arreglito”. Llegué a casa casi sin darme cuenta. Mamá me abrió la puerta, me miró y me dijo: “¿Te mojaste?” y agregó cual sentencia ( a la que yo ni siquiera respondí): “Acabo de encerar el piso”.
Nos vemos la semana que viene… si me entregan el auto.

5 comentarios:

La tía Laura dijo...

Y yo siempre te digo, Nati, tu amigo el siniestro es inglés: a ellos les regaló el transparente y monosilábico “help” y a nosotros nos encajó el laberíntico “auxilio”.
Ahora, yendo a lo verdaderamente importante, me parece que no le ponés onda al asunto. ¿Lo miraste bien al señor del auxilio?, ¿no se parecía en algo a Vigo Mortensen? ¿no tenía nada bueno el señor?, ¿una mirada seductora?, ¿una voz abrumadora?, ¿nada? ¿No daba siquiera para tomar un cafecito para engañar al frío? Un día de lluvia, una mujer sola, un camino... Falta la música de fondo y el paraguas de colores que resalta sobre el fondo gris... Claro... ¡si te vas a llevar mal hasta con los paraguas!
Un poco de onda, che... El destino se hace, Nati, SE HACE...

¡Me encantó la buena pipa de hoy!
Te quiero.
La tía

Anónimo dijo...

Uffff.....
Solo a la tía se le ocurre ponerle onda a una situación asi!!!!!!
Lau... dejate de joder!!!!
Yo entiendo que quieras enganchar a la nena... pero por favor!!!! jajaja

Muy bueno Natyyyy

Lidia

razondelgusto dijo...

¿Sabés de que me di cuenta, Nati? De que la Buena Pipa tiene que ver con la espera... ya sé, ya sé. No descubrí América.
Pero en el patrón de todas tus historias, con frío, con lluvia, con colas interminables, con Penélope o sin Penélope siempre está la espera.
Lo venía pensando en el micro de vuelta cuando terminé de ver( ¿por quinta vez?)La Terminal. ¿Conocés película más buenapipesca que esa? La cara de Tom Hanks en el taxi cuando logra poner el último autógrafo de la colección de su padre en la latita... Uno siente que valió la espera. La película sería otra cosa sin esa escena tan cortita.
Bueno, las lectora optimistas como yo que ven todo florecido y se olvidan de las pálidas, son pésimas representantes de este blog, Nati, lo sé, pero qué le voy a hacer. ¿Me querés igual?
Saludos y feliz primavera.

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

Es verdad que este blog tiene que ver con la espera (casi toda la literatura tiene que ver con eso, tal vez porque la vida tiene que ver con eso) La espera de La Terminal, como la mayoría de las esperas (pienso en Becket, en la boba Penélope, incluso, en Scalabrini Ortiz) es la espera del que está preso y no tiene otro remedio que esperar, habla de un estancamiento, una incapacidad de salir y no tener más remedio que adaptarse y seguir con la sonrisa inventada, pero seguir, como se puede; no, como se desea. Es la vieja historia del ser humano obligado a vivir en sociedad, en ese límite (tan obvio en La terminal) que nos separa de la libertad, de la verdadera capacidad de elección. Me parece que La Terminal es una película que podría haber sido grandiosa si no la hubieran edulcorado con una pelotuda historia de amor y con soluciones tan mediocres como simplistas. Sólo los yanquis saben cómo arruinar lo que podría haber sido grandioso.
Con respecto al tono de este blog, voy a disentir con la querida Lili que, según deduzco de su comentario, considera que este blog es pesimista. Contrariamente a eso, creo que éste es un blog esencialmente optimista y que, lejos de rechazar comentarios valiosos como los de Eleonora, lo que rechazaría (de haber algo rechazable) es el pesimismo o la mala onda, incluso, la estupidez, pero nunca, el optimismo que es lo que jamás le ha faltado a este blog (corríjanme las socias si me equivoco, por favor)
Claro que no encontraremos en este espacio la mirada ciega o simplona de un optimismo a presión, es decir, no vamos a dejar que el mundo verdadero nos pase por el costado como una necesidad de supervivencia... La idea es, por el contrario, mirar el mundo desde la risa… Después de todo, el humor es la mejor lente para acercarse a la realidad y el arma más poderosa de la crítica. Y también el humor (y el buen sexo, claro) es el mejor instrumento del placer y de la felicidad. Aunque dicen que mucho reírse trae más de una arruga, yo creo que no, que más arrugas trae la amargura, la rutina y sobre todo, los alimentos light y el sedentarismo.
Y tampoco esto significa que no se dé también el debate "serio" e "intelectual" de esos que tanto nos gustan, ¿no?
En fin, me fui de mambo, que lo que quería decir, querida Lili, que lejos estamos de dejar de quererte por ser optimista. Al contrario, si de algo en verdad se trata este blog es de optimismo y, por lo tanto, bienvenidos los optimistas, ¡incluso los florecidos como el tuyo!(jajajajajaja)
¡¡¡Te queremos, Lili, te queremos!!! (Léase con música de cancha de fútbol)

María Luz dijo...

No sé qué tienen contra los alimentos light...
Siempre leí "La buena pipa" como algo constitutivamente optimista o esperanzado (que no es lo mismo). Nada puede ser sugerir más esperanza que el humor, nada puede devolver la confianza (o mantenerla o hacerla crecer) en el género humano que la inteligencia, la capacidad de observación, la habilidad para ponerse en los zapatos del otro... (y el buen sexo, claro)
Tal como el blog se presenta, parte de la realidad e intenta msostrarla... No será la mejor realidad para iniciar ningún camino, pero es la única.
En cuanto a la espera, la buena pipa, como bien nota Eleonora, simpre tuvo que ver con esperar lo que nunca llega (o se acaba el juego). Y ahora cada vez esperamos más, aunque... quién soy yo para quejarme, ¿no?
Me encantó el boludo del remolque, Yo hice casi las mismas preguntas esa mañana por msje de texto. Por eso no tengo auto.
Atentamente, Don Diego de Zama