24 abril 2008

La Buena Pipa y los títulos habilitantes

Como muchos verbos en Lengua Española, HABILITAR tiene dentro de su familia de palabras un sustantivo y un adjetivo (habilitación y habilitante, respectivamente); el primero suele usarse con fines comerciales, legales, jurídicos y especialmente, aburridos; el segundo puede usarse para caracterizar a personas, sucesos, también por ejemplo, a los títulos obtenidos en carreras universitarias, y en ciertas circunstancias (como veremos a continuación) puede resultar un adjetivo digno de un patético grotesco criollo. Pero ya sea, verbo, sustantivo o adjetivo (y aquí terminan las referencias gramaticales porque quiero que sigan leyendo sin dormirse en el teclado) el significado esencial de habilitar es PERMITIR. Si uno obtiene algo “habilitante” ese algo le “permite” ejercer determinado derecho, trabajar en determinado sector, etc. El problema comienza cuando durante años creímos estar habilitados para “algo” y luego en una oficina pública repleta de papeles que alimentarían las ratas de varios puertos, nos enteramos de que no estábamos tan habilitados como suponíamos. Sin lugar a dudas, es en ese preciso instante en el que comienza para nosotros, los “inhabilitados” que no sabíamos que lo éramos, un paradójico Cuento de la Buena Pipa y los títulos habilitantes. Por eso, esta semana nos vamos a dedicar a estudiar el fenómeno a través del cual una persona habilitada para ejercer su profesión, necesita “reconvertirse” en lo que ya es para poder seguir siendo lo que ya era. ¿Trabalenguas? No, amigos lectores, toda una absurda realidad que, obviamente, vive en mi casa. El hábito no hace al monje, dice el refrán popular, sin embargo, sería justo agregarle que el D.N.I. tampoco lo hace más monje de lo que ya era cuando le dijeron que podía ser monje y lo fue durante doce años hasta que alguien le dijo que la sotana le quedaba chica. HOY Lugar: Consejo Escolar de una Localidad X de la Provincia XX (no sigo agregando X por temor a que inhabiliten este espacio por considerarlo no apto para menores) Tiempo: este preciso instante (cualquier momento es bueno para que en una oficina así le digan a uno que debería haberse dedicado a otra cosa para hacer lo que ha estado haciendo desde hace años) Protagonistas: futuros e inconscientes docentes inhabilitados y quien esté detrás del mostrador del lugar al que hemos llegado confiados en que estamos capacitados para el trabajo porque tenemos un título que nos “permite” ser lo que somos (algo así como el monje y su hábito) Entrar en una oficina en la que se tejen y destejen (¡pobre Penélope!) los hilos de la legislación docente, es por demás arriesgado. En primer lugar, debemos saber, amigos inhabilitados, que el cincuenta por ciento de quienes están detrás del mostrador, están ahí porque no pueden estar frente a un curso dando clases. ¿Saben por qué? Porque deben realizar “tareas pasivas” ya que se encuentran inhabilitados (psicológicamente, en la mayoría de los casos) para poder pararse frente a una turba de adolescentes hormonalmente descarrilados. En segundo lugar, porque el otro cuarenta y cinco por ciento ha ido “paseando” por distintas dependencias públicas docentes de la provincia en cuestión porque nadie encontraba realmente para qué cuernos estaban habilitados; y en tercer lugar, porque el cinco por ciento restante es la mínima porción de personas capacitadas para atender los reclamos y en la gran mayoría de los casos son especialmente antipáticos, característica que, irónicamente, los habilita para el puesto. Una vez que ingresamos allí, munidos de nuestro Currículum Vitae (con la ilusa idea de que alguien lo va a mirar) ha comenzado para nosotros el Cuento de la Buena Pipa y los títulos habilitantes. PERSONA HABILITADA PARA ESTAR DETRÁS DEL MOSTRADOR: ¿Para qué te vas a anotar? FUTURO INHABILITADO: Para dar Clases de Literatura en el Polimodal (viejo secundario con alguna variación dialectal) PERSONA HABILITADA PARA ESTAR DETRÁS DEL MOSTRADOR: ¿Título? FUTURO INHABILITADO (orgulloso de sus seis años de Universidad): Licenciada en Letras. PERSONA HABILITADA PARA ESTAR DETRÁS DEL MOSTRADOR (sonriendo de costado, moviendo la cabeza de un lado a otro como diciendo “mirá esta pelotuda lo que quiere hacer”): No, mami, pero si querías dar Literatura, tendrías que haber estudiado otra cosa. “Otracosaotracosaotracosa”dijo, ¿Química, por ejemplo? Claro, si quiero dar Literatura es evidente que el Estado quiere que yo sepa cuál es la composición química del veneno que se tomó Romeo en el Acto V de la tragedia de Shakespeare, cuando todos sabemos que con lo nabo que era debería haber muerto en lugar del simpático de Mercucio en el Acto III. Claro, para dar Literatura tendría que haber estudiado Química. La cabeza comienza a girar en falso, se escuchan los cascos de los jinetes apocalípticos, el cielo se oscurece, tal vez un eclipse ayude a dramatizar mejor el momento lapidario en el que alguien nos dice que lo que estudiamos y ejercimos durante años NO SIRVE porque no tenemos Título Habilitante en la docencia. Las reacciones, llegados a este punto, pueden ser dos: la risa histérica o el desmayo; ambas con consecuencias desastrosas si acaecen en la oficina en la que estamos porque la persona que nos atiende está “ habilitada para estar detrás del mostrador” y no adelante, así que lo más factible es que ni se percate de nuestro colapso y diga “¡El que sigue!”, porque en estas oficinas son muy respetuosos de los títulos habilitantes y sus jurisdicciones. Si logramos superar con éxito el terrible momento en el que se desmorona nuestra vida laboral, accedemos a una nueva pregunta (obviamente después de sacar el número que perdimos por tratar de entender por qué estábamos donde estábamos y para qué mierda habíamos estudiado lo que habíamos estudiado) y comienza una nueva aventura: entender lo que nos está diciendo la persona habilitada para estar detrás del mostrador. La cuestión es simple: con el título de Licenciada (que en la Edad de Oro de la Educación, habilitaba para dar clases en la Universidad, en los profesorados y en los Magisterios, es decir que podía ayudar a formar a futuros Licenciados, profesores y maestros) y habiendo ejercido la docencia durante doce años, la única opción que nos queda para poder seguir trabajando, es asistir a un curso en el que un/a maestro/a o en el mejor de los casos, un/a profesor/a, debe explicarnos a nosotros cómo ser profesores, cómo pararnos frente a un curso, cómo lograr el interés de los tiernos párvulos, cómo lograr que se queden sentados, que no se maten, que no practiquen Kick Boxing en la clase de Literatura, en definitiva, cómo ser lo que éramos antes de enterarnos de que no estábamos habilitados para ser lo que somos. ¡La Buena Pipa, amigos, la Buena Pipa se fumó mi título habilitante! Por último y si es que queremos asegurar nuestro futuro laboral, nos resta a todos aquellos inhabilitados, respirar profundo, comprar antiácidos y sentarnos durante un año y medio en un aula cualquiera para que alguien con título habilitante (de quien, tal vez, fuimos profesores) nos explique cómo llegar al nivel esperado por la Provincia XX para obtener la rehabilitación del título que teníamos. Es decir profesores o maestros convirtiendo en profesores a quienes los convirtieron en profesores. No, no se rían, no es una joda para Videomatch, no hay cámaras ocultas en el blog. Es así, así de simple, absurdo, grotesco, patético, irrisorio y buenapipesco... No sé por qué, pero de pronto recordé a mi profesora de Biología del viejo primer año del Secundario cuando nos explicaba la cadena alimentaria básica: La liebre se come a la zanahoria, decía y a la liebre se la deglute el puma. ¡Cómo cambiaron las cosas en estos años! Ya ni las cadenas alimentarias se respetan: hoy en día, para que el puma esté habilitado para comerse a la liebre, la colorida hortaliza debe explicarle al felino cómo ser una buena zanahoria.

7 comentarios:

razondelgusto dijo...

No sé, debería reírme porque tu texto es fenomenalmente absurdo y cortazariano o gasallesco, por qué no...
Pero, sentadita, acá donde ya sabés, me agarra una impotencia ante tanta injusticia.... y unas ganas de salir corriendo y encontrarte y abrazarte.
Seguí luchando con la espada del humor ante tantos molinos de estupidez.
Te adoro.
Tu admiradora number one.

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

Hola, bombón.
¡Eso te pasa por no haber estudiado magisterio! Para dar Literatura en Polimodal tendrías que tener el título de maestra y haber dado Lengua en algún sexto grado. ¿Será posible que nadie te haya avisado lo fácil que era?
jajajaja (Me faltan las típicas caritas amarillas)
A eleonora, que no se haga la viva, que acá la única admiradora number one soy yo.(Besos, eleonora)
¡Y a vos, mi querido puma, a ver si aprendés a ser zanahoria de una vez por todas!
Besitos.

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

Yo de nuevo.
Me olvidaba de decir que los títulos universitarios son tan peligrosos como las reinas. ¡No nos olvidemos que la tercera reina reestructurada también era universitaria!
Besote, ídola.

razondelgusto dijo...

A Alina Reyes: la admiradora number one es la que firma primero... ole!!!
Yo también te mando un beso.

Luz dijo...

Paso, de metida, una adolescente en el blog de una profesora.
Antes que nada, me presento. Soy una amiga de Manu, la hija de Laura.
Leí la primera entrada y esta última. Me encantaron, sobre todo por la forma en la que usas la ironía, y el que sean hechos reales, lo hace más entretenido.
Igual, siempre tuve un trauma con el cuento de la buena pipa, al haber sido la menor siempre, tanto mi hermano como mis primos, me lo hacían hasta que me ponía a llorar de la impotencia, y bueno, hoy en día no me gusta hacerlo.

Sin mucho más, me retiro, pero volveré.

Saludos.

Luz.

María Luz dijo...

Vos sos el puma, la liebre, la zanahoria y el cazador. Pero, si hace falta, yo (que tengo títulos habilitantes para varias cosas), te explico lo que necesites; te puedo indicar inclusive dónde queda la peña más cercana al profesorado de educación inicial ("magisterio"... se les cayeron dos o tres sotas...).
¿Se acuerdan, ustedes dos, mi buen puma y la reina, cuando durante 2007 me gastaban por mi posgrado (y no solo el año pasado...)? JE JE
En cuanto a la semana pasada, las reinas serán lo que siempre fueron o más... y las otras piezas que solo están al servicio del poder sin importar el precio, porque está en su naturaleza, harán lo que puedan y darán pena. Muchas veces, me encanta haber sido elegida para ser restructurada. Entre otras cosas, no estaríamos encontrándonos,por ejemplo, acá... (Uy! Me puse cursi)

Anónimo dijo...

Me siento inhabilitado para habilitar un comentario habilitante sobre el relato.Pero no obstante, me reconvierto en comentarista y ello me habilita nuevamente para expresar, desde mi inhabilidad, que ojalá siempre, podamos tomar ciertas crueldades cotidianas, como lo hace Natalia, con inteligencia, buen humor y un sugestivo manejo de la paradoja. ¡Ohhh bienvenida sea la paradoja! Gracias por habilitar éste blog.

Pipa al revés